Desde co.bas exigimos un reparto urgente de los beneficios millonarios de estas multinacionales en forma de contratos, salarios y condiciones de conciliación y trabajo dignas para las trabajadoras y trabajadores del sector de Grandes Almacenes.
En 2017 los sindicatos CCOO, UGT, FETICO y FASGA le firmaron hasta 2020 un convenio estatal a la patronal de Grandes Almacenes, ANGED, que afectaba a más de trecientos mil trabajadores, y se hicieron una foto todos juntos y sonrientes.
La parte “social” justificaba su sonrisa en la subida del 5,5% de nuestro salario base en los 4 años de vigencia del convenio, después de haber sufrido una congelación salarial por convenio prácticamente desde 2008, la pérdida del pago extra por los domingos y festivos que teníamos hasta 2008, y en definitiva tras haber padecido una pérdida del poder adquisitivo estimada en más del 15% en estos años debido al progresivo encarecimiento de la vida.
Con este convenio que firmaban teníamos derecho a tan solo 6 fines de semana libres al año, los salarios base estaban más cerca que nunca del salario mínimo legal actual de 900 euros, no recuperábamos el pago extra del trabajo en domingos y festivos, ni la cobertura de los tres días de baja que también nos quitaron en el convenio anterior en 2009 con la excusa de la crisis. Y lo peor: no se limitaba la contratación a tiempo parcial ni desaparecía la cláusula de absorción salarial existente en los anteriores convenios.
Unas condiciones que nos condenaban a ser pobres aunque trabajemos y con unas condiciones de descanso y conciliación del siglo XIX.
Pero allí se hicieron la foto la UGT y CCOO con la patronal y sus sindicatos, contentos por su hazaña. La patronal sonreía también, obviamente. Pero porque nos habían pegado un «navajazo» a los trabajadores y trabajadoras de grandes almacenes, y además por fin habían conseguido la firma que le habían negado en los anteriores convenios – mucho mejores que este – los tontos útiles, que de cara a la galería les venía estupendamente. Ahora se normalizaba la explotación y la precariedad laboral con la firma de UGT y CCOO y sus ejercicios de responsabilidad o como llaman ellos a sus traiciones a la clase trabajadora.
En definitiva, se había consumado el atraco perfecto a nuestras condiciones laborales y sociales.
Con este convenio colectivo en 2018 las multinacionales del sector de grandes almacenes mantuvieron en España un año más sus cuantiosos beneficios. Las más grandes como Carrefour con 630 millones de euros y El Corte Inglés con 258 millones, las menos grandes como Leroy Merlin con 87 millones, Alcampo con 80 millones y Mediamarkt con 57,8 millones, y las más pequeñas como FNAC con 5,4 millones de euros.
¿Qué consecuencias han tenido estos tres años de convenio por ejemplo para los trabajadores y trabajadoras de FNAC, una de las empresas del sector?
Pues como era previsible, nefastas. Gracias a que el convenio no recoge límite a la contratación a tiempo parcial, en 2018 en FNAC España ya el 60% de la plantilla fija tiene un contrato de este tipo, frente al 19% en el Grupo FNAC-Darty, lo que implica salarios mensuales de unos 600 euros de media trabajando además una gran cantidad de domingos y festivos de forma gratuita. Si sumamos los contratos temporales, donde también FNAC España tiene el mayor porcentaje, sería cerca del 70% de la plantilla.
Con una mayoría de contratos a tiempo parcial, da igual que la subida salarial sea del 5,5%. Es insuficiente para que un trabajador o trabajadora pueda mantener una vida independiente, objetivo de todo trabajo, estando más cerca de los 554 euros mensuales que el INE califica de ingreso mensual en umbral de la pobreza.
Foto de celebración de los firmantes del convenio de Grandes Almacenes nada más ni nada menos que en el CES. ¿Cuántos domingos y festivos trabajarán ellos y ellas?
La situación no es mucho mejor para el menguante porcentaje de trabajadoras y trabajadores de base a tiempo completo, con unos ingresos mensuales medios en torno a los 1000 euros también trabajando domingos y festivos de forma gratuita. Echemos cuentas y empecemos a restar alquiler, comida, electricidad… ¿Se puede vivir con este salario aún a tiempo completo?
La Carta Social de una Unión Europea nada sospechosa de defender especialmente a los trabajadores, sitúa el límite de la pobreza laboral en un salario mensual de 1.084 euros a tiempo completo. Con lo que también la mayoría de las cada vez menos trabajadoras y trabajadores de FNAC a tiempo completo estamos en ese límite de la pobreza porque nuestro salario mensual está o por debajo o muy cerca. Es decir, somos pobres aunque tengamos trabajo a tiempo completo.
Ahora se entiende la sonrisa de la parte empresarial en la foto de celebración de la firma del convenio. La que nos parece vergonzosa es la sonrisa de la parte «social», es decir de los «sindicatos» firmantes, la de CCOO y UGT.
Tratándose de multinacionales, si algo puede ser peor para los trabajadores, será pero.
Efectivamente. Y para lograr un «atraco perfecto» aún faltaba un último giro final en el convenio digno de cualquier thriller que se precie. Y las sonrisas de los firmantes en la foto nos decían que no iba a faltar: el convenio seguía contemplando la absorción y compensación de la subida salarial anual. Y obviamente FNAC no iba a renunciar a ello, y así fue como muchos de los trabajadores y trabajadoras de FNAC ven como cada año de su complemento funcional ganado a pulso con su trabajo diario y su experiencia y responsabilidad, les continúan restando cada año la misma cantidad que le sube el salario base. Sin palabras.
Y una distribución de la jornada a la carta, pero para la empresa.
Además, el convenio impide que por ejemplo en FNAC se hayan podido disminuir 10 de las asfixiantes jornadas de 9 horas que aún padecemos al disminuir la jornada anual de 1798 a 1770 horas.
En marzo de 2018 recibimos la sentencia de la Audiencia Nacional sobre la demanda judicial que interpuso co.bas por la modificación de la jornada laboral que llevó a cabo unilateralmente FNAC España a finales de 2017 tras la firma del convenio. Con esta modificación, FNAC evitaba que disminuyeran hasta en 10 las jornadas de 9 horas, reduciéndolas así al máximo posible, y manteniéndose el resto a 7 horas, como preveía el acuerdo alcanzado con el Comité Intercentros en 2015. La sentencia fue contundente: el convenio colectivo de Grandes Almacenes faculta a FNAC para distribuir irregularmente la totalidad de la jornada a lo largo del año, y por lo tanto puede saltarse de esta forma el acuerdo de jornadas firmado con el Comité Intercentros cuando le de la gana.
Como ya avisamos antes de su firma, este convenio era mucho peor que los anteriores que UGT y CCOO no habían firmado, y tocaba luchar por unas condiciones dignas en un sector con beneficios multimillonarios, no rendirse sin más a los intereses de la patronal.
Por todo lo anterior, aún seguimos sin entender cómo pudieron firmar estas condiciones de trabajo unos sindicatos autodenominados de clase.
Queda un año de vigencia, y desde co.bas venimos exigiendo desde su firma unas condiciones dignas de trabajo, salario, descanso y conciliación, porque la mayoría de los trabajadores y trabajadoras de Grandes Almacenes malvivimos con salarios de pobreza y un descanso semanal del siglo XIX.
Estamos a tiempo de comenzar la lucha por ello, desde la unidad de todas y todos los trabajadores de FNAC y del resto de empresas de Grandes Almacenes.
Y esta lucha pasa por el rechazo a quienes dicen representarnos y se hicieron la foto sonrientes con la patronal después de firmar unas condiciones de trabajo, de salario y de descanso más propias del siglo XIX que del XXI, y que nos han convertido en trabajadoras y trabajadores pobres a pesar de trabajar en multinacionales con beneficios multimillonarios.
Y pasa por la exigencia de un reparto urgente de los beneficios millonarios de las multinacionales en forma de contratos, salarios y condiciones de conciliación y trabajo dignas para las trabajadoras y trabajadores del sector de Grandes Almacenes.
¡La lucha es el único camino!