Tras nueve días de huelga, la empresa ha tenido que doblegarse a las exigencias de las trabajadoras e igualar sus condiciones laborales y salariales con las de sus compañeras de A Coruña. Un ejemplo más de que la lucha sostenida, cuando se basa en la unidad y en el protagonismo de los afectados, es el camino para lograr los objetivos.
¿Quién dijo que a una todapoderosa multinacional como Inditex -denunciada una y otra vez por sus bajos salarios, precariedad y sobreexplotación en más de 90 países del mundo, que utiliza paraísos fiscales para evadir impuestos, propiedad de una de las primeras fortunas mundiales- no se le podía doblar el pulso?
Pues las trabajadoras de las cinco tiendas de Bershka en la provincia de Pontevedra lo han conseguido, después de bnueve días de huelga indefinida, secundados por la totalidad de una plantilla mayoritariamente femenina distribuidas en cinco tiendas en Vigo, Vilagarcía de Arousa y Pontevedra. “Hemos ganado esta batalla”, “habríamos aguantado lo que hicieran falta”, afirman las representantes de las trabajadoras en el comité de empresa que preside la Confederación Intersindical Galega (CIG).
En la negociación del pasado martes Inditex no consiguió poner fin al conflicto laboral. Las trabajadoras rechazaron la oferta de la empresa, que accedía a concederles el tiempo de descanso, permiso por lactancia, y elección de vacaciones, así como el plus de 80 euros mensuales de los que disfrutan sus compañeras de la provincia de A Coruña, pero les negaba otro plus, de 50 euros mensuales, que también reclamaban para equipararse por completo a ellas. El acuerdo alcanzado el viernes apoyado este sábado por toda la plantilla supone la consecución de todas las medidas sociales que reclamaban, además de las salariales: cobrarán 120 de los 130 euros mensuales de pluses que percibe el personal en A Coruña. La negativa de la empresa a acceder inicialmente a esta petición llevó a la plantilla a mantener el martes la huelga indefinida.
El acuerdo se produce después de que las trabajadoras pidieran la mediación del Consello Galego de Relacións Laborais (el órgano de diálogo institucional entre los agentes sociales en Galicia). Paralelamente, el BNG había anunciado que trasladaría a Bruselas una denuncia de la situación “de precariedad, con discriminación y explotación laboral” ejercida por el grupo Inditex hacia sus trabajadoras de la cadena Bershka en Pontevedra.
Este viernes, tras una concentración ante la sede del grupo en Arteixo (A Coruña), la empresa convocó otra reunión con una nueva representante del departamento de Recursos Humanos. “Sabíamos que si resistíamos, ganábamos”, sostiene Diana Rodríguez, secretaria de CIG-Servicios en Pontevedra, aun reconociendo la dificultad de una batalla en la que la empresa temía provocar con el acuerdo un “efecto dominó” con la reivindicación de las trabajadoras de otras cadenas del grupo. El sindicato asegura que la precariedad laboral es “general” en todos los centros de trabajo y muestra su satisfacción por un acuerdo que no habría sido posible “sin la determinación de las trabajadoras durante nueve días consecutivos contra un grupo como Inditex“, destaca el sindicato.La huelga, sobre la que la multinacional gallega no ha querido pronunciarse, ha coincidido con la publicación en la revista Forbes del listado de las personas más ricas de España que encabeza, con un capital de 70.000 millones de euros, el fundador y primer accionista de Inditex, Amancio Ortega, y con el anuncio de que percibirá 628 millones por la retribución de las acciones de este año.