Desde co.bas reiteramos una vez más nuestro apoyo a la justa lucha de las y los taxistas.
Vivimos en un mundo donde la opinión publicada, los “medios”, los tertulianos y el discurso de los dirigentes empresariales y políticos es uno y la realidad de la vida cotidiana otra. Por eso nadie que haya escuchado desde hace años a los/as taxistas, que se haya molestado mínimamente en saber qué es eso de Uber, Cabify… puede ahora verse “sorprendido” por la masividad y la contundencia de esta lucha.
Es la indignación, la rabia acumulada, por la estafa de la “libre competencia”, de las promesas vacías de todas las administraciones, para acabar viendo amenazado su trabajo y el pan de sus familias, y convertir en auténtica burla palabras como “derechos”. Los/as taxistas se hartaron y se acabó. Tienen todo el derecho de estar así, de hacerse oír, y debloquear las calles, porque tienen razón en sus demandas y hace mucho que las gritan.
A quienes vienen a dar lecciones de civismo y a “condenar la violencia”, exigiendo a los/as taxistas “empatía con la ciudadanía” hay que decirles que ¡violencia es no llegar a fin de mes!, violencia es robar derechos y condenar a la miseria a los/as trabajadores/as. Los taxistas y sus familias, tienen derecho a vivir y a vivir dignamente, así que puestos a empatizar que lo hagan con sus justas demandas y se deje de arremeter contra la huelga. ¿Dónde están los que condenan la “violencia” cuando la policía se lía a palos contra los/as taxistas? ¿O dónde están cada vez que los trabajadores/as son apaleados como no hace mucho los y las de Amazon?
A argumentos como “Me están jodiendo el día”, hay que responderles: ¡Usted disculpe, pero a los/as taxistas y a sus familias les están jodiendo la vida y su futuro!
Para quienes han dado un paso así en la lucha, lo único moralmente “exigible” es que la lucha se haga para ganar y no se respete más regla que la huelga, y que los cortes de la calle… se hagan precisamente para llamar la atención, para romper la normalidad engañosa. Lo demás son cantos de sirena para sumarse al griterío contra el derecho a la huelga y a la protesta en la calle.
Nuestro deseo, y queremos que sea el de toda la clase obrera, es que los/as taxistas ganen esta lucha.
Que ganen porque aquí está en juego la batalla contra la intromisión de las grandes corporaciones multinacionales, sostenidas por la clase política, los fondos buitres, las grandes empresas del transporte y la Banca, que quieren la desregularización y campar a sus anchas mandando a los y las taxistas al paro, y a sus familias a la miseria, y más tarde a trabajar para ellos por salarios de miseria y condiciones infames.
Uber o Cabify son parte del expolio del transporte público y han venido con el aval de los diferentes gobiernos a monopolizar el sector. Su estructura legal y fiscal es la de las multinacionales que eluden el pago de impuestos con entramados dirigidos desde paraísos fiscales.
Otro motivo para que la gente reflexione y se queje de esta gentuza y no de la lucha de los/as taxistas: ¡Los impuestos son para sostener los hospitales, las escuelas y el resto de servicios públicos, no para evadirlos!
La lucha hoy de los/as taxistas es la misma lucha de todos los trabajadores/as contra los procesos de desregulación de derechos, precarización de las condiciones de trabajo y salarios de miseria.
Desde el apoyo a la lucha de los/as taxistas les llamamos a no ceder ante las promesas vacías de “diálogo” que les hacen llegar desde las distintas administraciones.
¡El Taxi debe ser un servicio público y por lo tanto debe ser municipalizado!
Llamamos así mismo a los/as trabajadores/as de Uber y Cabify a no esquirolear la huelga y a unirse a ella, porque su enemigo es la uberización y no los taxistas, porque si esta lucha la ganan uber y cabify, el capitalismo y los buitres que lo sostienen desde todos los ámbitos lo tendrán más fácil para seguir desmontando derechos, pagando salarios de miseria y utilizando falsos autónomos. Y porque luego vendrán otros medios de transporte y otros servicios públicos.
Animamos a los/as trabajadores/as asalariados del Taxi, que hoy son en muchos lugares vanguardia de esta lucha, a seguir con ella y a que recuerden que enfrentarse a estas empresas depredadoras y a sus benefactores y defender el Taxi como servicio de transporte público debe incluir el respeto a los derechos de todos los/as asalariados/as del Taxi poniendo fin a los “falsos asalariados” que trabajan por porcentajes de miseria y con jornadas inacabables sin ningún derecho real como trabajador/a.
¡Todo el apoyo a la lucha de los/as taxistas!