En el momento de escribir esta resolución de nuestro sindicato, según los datos oficiales dados por el subsecretario de Interior del gobierno chileno, son ya seis días de protestas, cuatro del toque de queda, 18 las personas muertas, más de 2.000 los heridos y 979 las personas detenidas.
Como afirman en Chile, ya está claro que las movilizaciones “no se trata solo de 30 pesos en el alza del pasaje, se trata del hacinamiento en hospitales, de los miles de muertos mientras estaban en listas de espera, de las alzas en la luz, se trata de pensiones indignas”.
Son los planes del FMI y los gobiernos a su servicio los que acaban apretando sin límite porque esta sociedad capitalista no da para más. Pero los trabajadores/as, la juventud y la población en general no aguanta más y acaban generalizando, cada vez más en el mundo, los estallidos sociales y respondiendo a la represión de los gobiernos de turno.
Chile fue modelo del neoliberalismo, de las privatizaciones, del desmantelamiento de lo público de la mano de la dictadura de Pinochet que a sangre y fuego impuso esos planes.
Ahora que la indignación empuja a la calle y a la lucha, que el pueblo chileno dijo ¡basta! se machaca desde los medios de comunicación la condena a los “métodos de lucha” por “violentos”. El cinismo no tiene límites. La violencia a la que se somete a la gente todos los días no cuenta y solo cuando la indignación se convierte en lucha entonces hablan de «violencia».
Los trabajadores/as, los jóvenes y el pueblo chileno, tras años de importantes manifestaciones pacíficas por la educación, contra las AFPs (Administradoras de Fondos de Pensiones), por los derechos de las mujeres, del pueblo mapuche, entre otras, y de que los distintos gobiernos no han recibido ninguna respuesta satisfactoria a esas demandas. Por el contrario se hicieron «reformas» que mantienen el negocio de las AFPs, de la educación y la salud, que han supuesto para la clase obrera y sectores muy amplios de las llamadas “clases medias”, la profundización en la crisis hasta niveles insostenibles. Hay que enfatizar que en Chile a los hospitales se entra con un talón en blanco para que te atiendan, de ahí que se haya acuñado un término brutal que es el de «enfermedades catastróficas» porque arrastran a la ruina a familias enteras.
Prepotentes, sordos y serviles a los poderosos, el Gobierno de Piñera cosecha lo que sembraron él y sus predecesores. No puede más que llevarnos a la indignación ver la respuesta del gobierno sacando a los militares, ¡otra vez los militares chilenos!, a ocupar las calles y sembrar la muerte.
La lucha ha conseguido ya que el gobierno haya tenido que retirar el decreto de subida del transporte y ahora balbucee nuevas medidas. Pero se le acabó la credibilidad y la lucha no para exigiendo el fin de las AFPDs; la retirada del tarifazo de la luz, la reducción de la jornada laboral, el aumento de salarios… fuera los militares de las calles, fuera Piñera.
Desde aquí toda nuestra solidaridad con el pueblo y los trabajadores/as chilenos, que su ejemplo cunda en todo el mundo, porque la lucha es el único camino.
Coordinadora Estatal de co.bas