En estos días de crisis sanitaria, en los que se ponen en valor los cuidados a las personas, el Servicio Atención Domiciliaria se convierte en uno de los pilares de atención a las personas. Las trabajadoras de este sector, fuertemente feminizado, realizan una atención verdaderamente vital a personas mayores o dependientes: les hacen la compra, les asean, les alimentan, etc.
A pesar de lo anteriormente comentado no se las ha dotado del material preventivo necesario desde el primer día: ni mascarillas, ni guantes, ni gel hidroalcohólico …. Se da la circunstancia de que los protocolos especiales para el coronavirus que han decretado las comunidades autónomas (por ejemplo, Cataluña) ni siquiera lo han previsto, a pesar de haberlo decretado servicio esencial. Tampoco se les ha dotado de protocolos claros de cómo actuar en cada caso. Que las empresas les dotaran de dicho material se ha convertido en una lucha titánica para la mayoría de ellas. Esto es aún más importante teniendo en cuenta que a lo largo de su jornada laboral van pasando sucesivamente por los domicilios de varias personas, que en muchos casos son población de riesgo.
El peligro de extender la epidemia es evidente. En las actuales circunstancias, se debería reducir (sin pérdida salarial para ellas) su actuación a los casos verdaderamente irremplazables. En los comités donde co.bas tiene representación, como el de Accent Social en Barcelona, esto ha sido posible gracias a la presión tanto al Ayuntamiento como a la propia empresa.
A pesar de su importancia, este es un sector que arrastra una gran precariedad laboral. Cuando hace años las administraciones públicas (Ayuntamientos) decidieron privatizar estos servicios, las empresas (principalmente multinacionales) vieron un filón del que sacar beneficio. Para ello, tratan de reducir el coste del servicio al mínimo provocando con ello una precarización de las condiciones laborales de las trabajadoras y un empeoramiento de la calidad del servicio. Además, esto provoca que una parte del dinero público que gasta el Ayuntamiento no va a parar a la atención domiciliaria propiamente dicha, si no que acaba en los bolsillos de los dueños de estas grandes empresas.
Para no hacer un listado interminable, mencionaremos que los dos principales Ayuntamientos del país: Madrid externaliza el dos principales Ayuntamientos del país: Madrid externaliza el servicio a SACYR social, CLECE y ASISPA y el de Barcelona, lo servicio a SACYR social, CLECE y ASISPA y el de Barcelona, lo hace a Accent Social (CLECE), Valoriza (SACYR) y Suara.hace a Accent Social (CLECE), Valoriza (SACYR) y Suara.
Por último, queremos señalar también que la inversión del gobierno central para reforzar estos servicios es también insuficiente. 600 millones es muy poco, comparado con los 100.000 millones destinados a avalar créditos empresariales. Además, la mitad de esa ya escasa inversión queda a voluntad de los Ayuntamientos, que sólo podrán disponer si tienen superávit económico.
Todas estas circunstancias nos hacen reivindicar una vez más que los servicios esenciales como el SAD vuelvan a ser públicos y las multinacionales dejen de ganar dinero a costa de trabajadoras e impuestos de la ciudadanía.