Principales riesgos en las tareas de limpieza de edificios y cómo prevenirlas.

Contrariamente a lo que se pueda pensar, la siniestralidad laboral en las empresas de limpieza de edificios y locales es elevada comparativamente dentro del sector servicios, de manera que el número de accidentes ocurridos por cada mil trabajadores es del orden de 1,5 veces superior.

Afortunadamente, las consecuencias graves o mortales son inferiores a la del sector servicios en general – aproximadamente la mitad para los accidentes graves y la cuarta parte para los mortales – pero la incidencia de los accidentes es reflejo directo de la precariedad de este sector muy feminizado y donde los contratos a tiempo parcial con condiciones salariales de pobreza recaen mayoritariamente en las trabajadoras.

La escasez de las plantillas debido a los recortes y la precariedad de las condiciones de trabajo, como consecuencia de modelos de gestión empresarial centrados en la obtención de beneficios,  a costa incluso de incumplir la obligación de proteger la salud de los trabajadores/as, 

Estadísticamente la mayoría de los accidentes laborales  se deben a sobreesfuerzos físicos y caídas, tanto al mismo nivel como desde una altura. En menor medida, se producen choques y golpes contra objetos, así como cortes o punzantes (objetos o herramientas). destaca la proporción de accidentes debidos a contactos con sustancias cáusticas o corrosivas, que es
más del triple de la del sector servicios y de la del
total de sectores

Entre los riesgos más frecuentes a que están expuestos los trabajadores de limpieza se encuentran los siguientes:

• Riesgo de caídas al mismo nivel.

• Riesgo de caídas en altura.

• Riesgo de golpes.

• Riesgo de cortes.

• Riesgo eléctrico.

• Riesgos derivados uso productos químicos.


En general, sea cual sea la operación de limpieza que se considere (limpieza de suelos, limpieza de muebles y superficies de trabajo, limpieza de cristales, paredes, persianas y puertas, retirada de residuos sólidos, etc.) aparecen presentes los riesgos citados anteriormente.

• Riesgo de caídas de personas.

Las principales causas de las caídas son:
• la propia naturaleza del trabajo, que implica la limpieza de suelos, mediante agua y detergentes.
• el desplazamiento obligado del trabajador por diferentes zonas del edificio a limpiar.
La necesidad de moverse y trabajar sobre suelos húmedos favorece la posibilidad de sufrir resbalones. Asimismo, los trabajos de encerado, abrillantado y pulido de suelos provocan que éstos se encuentren resbaladizos. El riesgo de caída es particularmente importante cuando se limpian escaleras, por las que se puede caer si se resbala o, simplemente, si se pisa mal un escalón, dando lugar a accidentes graves o, incluso, mortales.

También son causas frecuentes de caídas los tropezones con cables sueltos o útiles de limpieza (por ejemplo con los cubos) y la presencia de desperfectos o irregularidades en los suelos.

1.2. Medidas preventivas
A continuación se señalan las principales medidas
preventivas a tener en cuenta para evitar los riesgos
descritos anteriormente:
Orden y limpieza
• Antes de empezar a trabajar se deben retirar los
obstáculos que se encuentren en las zonas a limpiar o en las zonas de paso. Es necesario mantener
dichas zonas en orden y libres de obstáculos. Esto
concierne tanto al mobiliario y otros objetos de la
empresa usuaria, como a los útiles y máquinas que
se usen en la limpieza (cubos, carros de transporte, contenedores para residuos, etc.).


• Cuando se utilicen equipos de limpieza conectados a la red eléctrica se procurará tender los cables
de manera que no atraviesen las zonas de trabajo
o de paso. Si esto fuera imposible, se prestará la
máxima atención cuando se trabaje en sus proximidades.
• Asimismo, en la medida de lo posible, se deben
apartar los cables de los equipos y máquinas de la
empresa usuaria (cables de impresoras, de ordenadores o de maquinaria diversa) que estén en la
zona de trabajo.
• Por lo tanto, deben ponerse a disposición del
personal de limpieza locales o zonas de superficie suficiente destinadas al material y equipos de
limpieza. Su emplazamiento permitirá un acceso
fácil y cómodo del personal y del material. Si el
edificio no dispone de ascensor ni montacargas,
deben preverse locales para el material y equipos
en cada planta. Prevención de caídas
• Al efectuar las tareas de limpieza se deben respetar unas técnicas básicas que permiten reducir los
riesgos de caídas:
– La limpieza debe efectuarse progresando desde el
fondo del local hacia la puerta.
– Las tareas se deben organizar de manera que no
sea necesario atravesar los lugares donde se acaba
de limpiar.
– No efectuar trabajos que necesiten la utilización
de escaleras de mano o de banquetas en aquellas
zonas que acaban de ser mojadas, pulidas o enceradas o en las que se están efectuando dichos
trabajos.
– Cuando se limpien escaleras, el trabajo se efectuará siempre de cara a los escalones. No colocar el
cubo de fregar en un escalón inferior a aquél en
que se encuentra el trabajador.
• Para evitar el riesgo de caídas de compañeros u
otras personas que puedan atravesar las zonas que
acaban de ser fregadas, enceradas o pulidas, deben colocarse señales de advertencia. Asimismo,
si se derrama agua o cualquier líquido de limpieza
debe recogerse inmediatamente.
• Se debe prestar especial atención a los posibles
desniveles, irregularidades o desperfectos del suelo para evitar tropezones y caídas. La limpieza de
tramos de escalera requiere un máximo cuidado.
Otros puntos críticos son aquéllos en los que haya
alfombras o moquetas, ya sea en escaleras, pasillos o salas. Si los extremos de las mismas no están
bien sujetos al suelo, es muy fácil tropezar o resbalar al pisar dichos extremos.
• Para reducir el riesgo de caída que supone la necesidad de desplazarse cargados con cubos llenos
de agua, los trabajadores deben disponer de grifos
de agua, situados a suficiente altura sobre pilas
de dimensiones adecuadas, de manera que resulte cómodo y fácil llenar o vaciar cubos u otros
recipientes. Como norma general, se instalará un
puesto de abastecimiento de agua de las características señaladas por planta y por cada 150 m².
• Es frecuente observar que el personal de limpieza
utiliza zuecos. Este calzado, al permitir que el pie
quede libre, proporciona sensación de comodidad.

Principales causas de accidentes por golpes:
Los golpes se pueden producir al tener que moverse
por zonas angostas, entre máquinas o mobiliario,
para realizar las labores de limpieza. Otras causas
frecuentes de golpes son la caída de objetos, ya sean
caídas inesperadas de objetos situados en zonas
elevadas, o caídas de objetos durante su manipulación. Al limpiar zonas elevadas puede provocarse la
caída de objetos situados sobre las superficies que
se están limpiando (por ejemplo, cuando se limpia
la parte superior de un armario y el trabajador no
ve que allí hay objetos sueltos). Cuando se recogen
residuos sólidos pueden producirse golpes debido a
la caída de objetos pesados o voluminosos y difíciles
de asir.
Principales causas de accidentes por cortes:
Los cortes se producen, en su mayoría, durante la
recogida de residuos sólidos, sobre todo al introducir las manos en papeleras u otros recipientes para
vaciarlos y al recoger trozos de cristales o de cerámica. La carencia de guantes adecuados puede dar
lugar a pinchazos o cortes con objetos punzantes
o afilados que se encuentren depositados en dichos
recipientes.
También se puede sufrir golpes o cortes cuando se limpia en establecimientos industriales, cerca de máquinas o equipos que se encuentran en funcionamiento.
En general, un factor que incrementa el riesgo de accidentes por caídas, golpes o cortes es la iluminacióninsuficiente. Para no interferir con el trabajo habitual de la empresa cliente lo usual es que las tareas
de limpieza se lleven a cabo en las horas en que no
trabaja nadie en las zonas a limpiar y, muchas veces,
esto implica trabajar en horario nocturno. En muchos
lugares, cuando el personal de la empresa finaliza su
jornada, los locales se dejan con una iluminación bastante más reducida que la normal, lo que unido a que
ya no hay iluminación natural, provoca que existan
zonas con iluminación deficiente y que se puedan
producir accidentes con mayor facilidad.

Prevención de golpes
• Cuando se deba trabajar en lugares angostos, previamente se procurará despejar la zona lo máximo
posible, y se desarrollarán las tareas con atención
y cuidado• Se debe evitar la manipulación y transporte manual
de cargas pesadas, o de objetos voluminosos o difíciles de asir, para evitar los golpes por caída de objetos. Para estos casos se debe disponer de medios
de transporte adecuados (carros o carretillas).
• Si el peso del objeto es considerable o bien presenta dificultad de manipulación por sus características (tamaño, superficies lisas y resbaladizas),
se debe solicitar la ayuda de un compañero. En
ningún caso se retirarán, este tipo de objetos, sin
ayuda de un compañero o bien de equipos destinados a tal fin.
• Cuando se limpien superficies elevadas (por ejemplo, partes superiores de estanterías o armarios)
se utilizarán escaleras o plataformas que permitan ver si existen objetos sobre dichas superficies
que puedan caer al realizar la tarea. Nunca se
limpiarán superficies sobre las que no se tiene
visibilidad.
• Se debe evitar el almacenamiento de objetos, especialmente los que sean pesados, en zonas elevadas, donde sea difícil alcanzarlos o donde se
puedan caer.
• Cuando se trabaje en zonas con riesgo de caída de
objetos diversos por desprendimiento, es necesario utilizar casco de protección. Asimismo, cuando
puedan producirse lesiones en los pies por caída
de objetos, se utilizará calzado de seguridad adecuado (con puntera protegida).
Prevención de cortes
• Antes de retirar cualquier objeto, es necesario inspeccionar su estado para detectar la posibilidad de
que puedan caer o producir cortes o pinchazos:
bordes cortantes, presencia de clavos o astillas,
mal estado del embalaje, etc.
• Al retirar residuos, al limpiar superficies con bordes
afilados o en la proximidad de partes punzantes,
se deben utilizar guantes de protección adecuados
que eviten cortes y pinchazos.
• Para recoger trozos de vidrio o cerámica y para
vaciar papeleras y recipientes de residuos, además de utilizar guantes de protección, se debe proceder de acuerdo con las siguientes normas básicas
de prevención:
– No introducir nunca las manos en las papeleras.
– No apretar las bolsas de basura para reducir su
volumen.
– Disponer de recipientes rígidos para la recogida de
cristales rotos y otros objetos cortantes o punzantes.
Iluminación
• En general, durante la realización de las tareas de
limpieza se debe mantener, como mínimo, la misma iluminación existente durante el horario habitual complementándola cuando fuera necesario
con iluminación localizada.
• En las zonas de paso con iluminación no continua
controlada mediante temporizadores (por ejemplo, en las cajas de escalera), se deben instalar
dispositivos que permitan asegurar la iluminación
continua durante todo el tiempo que duren las tareas de limpieza y explicar a los trabajadores cómo
funcionan.
2. RIESGOS ELÉCTRICOS
2.1. Descripción de los riesgos
Aunque los accidentes eléctricos no son muy frecuentes entre el personal de empresas de limpieza,
el riesgo no es despreciable, si tenemos en cuenta
que las consecuencias de este tipo de accidentes a
menudo son graves o incluso mortales.
Este tipo de accidentes ocurre al tocar cables de conexión de equipos o alargaderas en los que el aislamiento se encuentra deteriorado. Frecuentemente,
el mal estado de los aislamientos se debe a una o
varias de las siguientes causas:
– Tirar del cable para desconectar los equipos.
– Hacer pasar máquinas por encima de cables y
alargaderas.
– Sobrecargar alargaderas o bases de enchufe, utilizándolas para conectar equipos con mayor potencia que la que pueden soportar También se pueden producir debido a la falta de
protecciones adecuadas: conexión a tierra y diferencial. Cuando las partes metálicas de un equipo
eléctrico se encuentran en tensión debido a un defecto y no existen las protecciones citadas, la instalación eléctrica no se desconecta automáticamente,
continuando estas partes en tensión y permitiendo
que puedan producirse contactos eléctricos. La causa más habitual de este tipo de accidentes es la conexión mediante alargaderas o tomas inadecuadas,
que no tienen conductor de tierra o que no permiten conectarlo.
El riesgo de contactos eléctricos en las actividades
de limpieza puede derivarse de las instalaciones y
equipos de la empresa cliente, o de los equipos y
maquinaria empleados por la propia empresa de
limpieza. En cualquier caso, en las tareas de limpieza, los efectos de un posible contacto eléctrico
pueden agravarse debido a la propia naturaleza de
los trabajos a realizar, que implican la presencia de
humedad sobre suelos y otras superficies 2.2. Medidas preventivas
A continuación se relacionan una serie de medidas
preventivas y normas de seguridad básicas a seguir
respecto a las instalaciones y equipos eléctricos:
• No manipular las instalaciones eléctricas ni realizar «arreglos» provisionales.
• Antes de utilizar cualquier equipo eléctrico debe
revisarse su estado y también el de las conexiones (cables, alargaderas, tomas de corriente).
En particular, se debe comprobar que todos los
conductores y partes activas mantienen su aislamiento en buenas condiciones. En caso de detectarse anomalías, éstas se deben comunicar al
responsable de mantenimiento. En ningún caso
se utilizarán equipos en los que se han detectado defectos.
• Las conexiones eléctricas se harán mediante enchufes y tomas normalizados, que sean compatibles y aseguren una buena conexión. Estarán
totalmente prohibidas las conexiones sin utilizar
clavijas, es decir conectando los cables desnudos
directamente a las tomas de corriente.
• Es muy habitual ver equipos en los que se ha
sustituido su clavija original por otra que no permite la conexión del cable de tierra, que se deja
Para desconectar un equipo de la toma
de corriente, se debe tirar de la clavija,
nunca del cable.inutilizado. Igualmente ocurre esto al utilizar determinadas bases de enchufe o ladrones. En ningún caso se debe inutilizar el cable de tierra, sino
que se usarán bases y clavijas adecuadas que permitan su conexión.
• Cuando sea necesario utilizar alargaderas o bases
de enchufe múltiples, nos aseguraremos de que
son capaces de soportar la potencia de los equipos
conectados a ellas. Si estos elementos se sobrecargan, se produce un calentamiento excesivo que
produce daños en los aislamientos y puede llegar a
quemarlos.
• Vigilar para no pasar con las máquinas de limpieza
por encima de cables. Tender los cables y alargaderas de manera que se evite el riesgo de pasar
inadvertidamente por encima de ellos.
• Antes de limpiar cualquier equipo eléctrico, desconectarlo de la red.
3. RIESGOS DERIVADOS DE LA
UTILIZACIÓN DE PRODUC- TOS QUÍMICOS
3.1. Descripción de los riesgos
En los trabajos de limpieza se utilizan una gran variedad de productos químicos peligrosos para la salud:
productos tóxicos en mayor o menor grado, corrosivos, irritantes o inflamables.
Los riesgos más frecuentes asociados a la utilización
de productos químicos son los siguientes:
• Contacto con productos agresivos
• Exposición a productos tóxicos o nocivos
• Incendio y explosión
Contacto con productos agresivos
Lo más frecuente es que el contacto con productos químicos agresivos (irritantes y corrosivos) produzca efectos de tipo local y a corto plazo (irritación o quemaduras
en piel u ojos), pero también puede producir efectos a
largo plazo (sensibilización, alergias, eczemas).
Entre las sustancias agresivas de uso más frecuente
están la lejía, el salfumán, los productos a base de
sosa, los limpiadores antical y los decapantes. Exposición a productos tóxicos o nocivos
La exposición a productos químicos se produce mayoritariamente por vía respiratoria, es decir, por inhalación de productos químicos que contaminan el
ambiente de trabajo. Pero no debemos olvidar que
bastantes disolventes orgánicos, como por ejemplo
el aguarrás o el alcohol de quemar, son capaces de
penetrar en el organismo a través de la piel y causar
intoxicaciones.
Entre los productos de limpieza que pueden presentar problemas debido a su inhalación, se encuentran aquéllos que pueden desprender vapores
o gases irritantes o tóxicos, como el amoníaco, los
disolventes, las lejías, el salfumán, el alcohol de
quemar y los desinfectantes que contienen formol
o glutaraldehído.
Igual que en el caso de contacto con sustancias agresivas, los efectos de la exposición pueden darse a
corto plazo (efectos agudos) o a largo plazo (efectos
crónicos).
En general, en las actividades de limpieza no se
acostumbra a utilizar productos químicos en grandes cantidades y tampoco se da una exposición continua durante toda la jornada, sino que más bien
se utilizan en operaciones concretas y de duración
limitada. Por ello, el riesgo principal es el de intoxicación aguda por inhalación, normalmente como
consecuencia de accidentes: fugas o derrames de
productos o reacciones imprevistas que generan
gases tóxicos al mezclar productos de limpieza. Estas situaciones son particularmente graves cuando
se producen en locales pequeños y mal ventilados
como duchas o lavabos.
Incendio y explosión
En cuanto al riesgo de incendio o explosión, su presencia en las tareas de limpieza está asociada a la manipulación cerca de focos de ignición (llamas, chispas,
puntos muy calientes) de productos químicos inflamables o combustibles (alcoholes, acetona, aguarrás,
disolventes en general) y, también, a la utilización de
productos de limpieza envasados en pulverizadores a
presión (aerosoles o sprays) que contengan butano u
otros gases inflamables como impulsores.
Las operaciones que presentan mayor riesgo de incendio son las de trasvase desde recipientes grandes
a otros más pequeños, debido a la posibilidad de
que se produzcan derrames y emanaciones de vapores. Los almacenes de material requieren especial
atención frente al riesgo de incendio, básicamente
por dos razones:
– Por ser las zonas en que habitualmente se encuentran cantidades importantes de estos productos. Por ser el lugar en el que se suelen realizar los trasvases de los productos.
3.2. Medidas preventivas
A continuación se indican las medidas preventivas
básicas que se deben tener en cuenta respecto a los
productos químicos:
Información sobre los riesgos y medidas de seguridad del producto
• Cuando se manipulan productos químicos, la primera y principal medida de prevención es que los
trabajadores dispongan de la información y formación necesarias sobre los riesgos que supone la
utilización de dichos productos, las medidas de seguridad a adoptar y la manera de actuar ante situaciones como derrames, incendios o intoxicaciones.
• Es fundamental que existan normas y procedimientos de trabajo claramente establecidos
que contemplen la manera de actuar en condiciones normales y, también, en circunstancias
anómalas. Todos los trabajadores deben seguir estrictamente estas normas. En caso de
duda respecto a una operación, se debe consultar con las personas responsables antes de
llevarla a cabo.
• Es obligatorio que todos los productos químicos
peligrosos (tóxicos, nocivos, corrosivos, irritantes,
inflamables, etc.) estén correctamente etiquetados. En las etiquetas, además de otros datos
(nombre del producto, nombre y dirección del fabricante, etc.) se encuentra información resumida
relativa al riesgo que puede conllevar el uso del
producto y al uso seguro, mediante:
– Pictogramas de peligro: uno o dos símbolos convencionales de peligro que indican los principales
peligros del producto (irritante, tóxico, inflamable,
etc.). Observe los pictogramas que se muestran en
la imagen superior.
CAPÍTULO 3
La ficha de datos de seguridad es un
documento que completa y precisa la
información del etiquetado. Contiene
una cantidad importante de información relativa a la seguridad e indica
los medios de protección a emplear
y las medidas a tomar en caso de urgencia. Basándose en ella, se deberán
redactar, de forma resumida y clara,
instrucciones de seguridad destinadas
a los trabajadores. Frases R: una o varias frases donde se indican los
riesgos del producto:
– «Provoca quemaduras»,
– «Fácilmente inflamable»,
– «Irrita las vías respiratorias», etc.
– Frases S: uno o varios consejos de prudencia que
indican las precauciones y medidas de seguridad
que se deben seguir:
– «Evítese el contacto con la piel y ojos»,
– «Manténgase alejado de toda llama o fuente
de chispas. No fumar»,
– «Utilícese únicamente en lugares bien ventilados», etc.
Además de la etiqueta, los productos químicos
peligrosos deben tener una ficha de datos de seguridad.
• Por ello, los productos deben mantenerse en sus
envases originales. En todo caso, cuando sea necesario efectuar trasvases, se etiquetarán adecuadamente los nuevos envases, anotando los datos
de la etiqueta original.
• Antes de manipular cualquier producto, se deberá
leer en su etiqueta los riesgos y medidas de seguridad a adoptar. Completar la información que
sea necesaria recurriendo a la ficha de datos de
seguridad. Ver tabla 1, página 22.
• Se debe exigir a los proveedores de productos de
limpieza que los suministren correctamente etiquetados, conforme a la normativa vigente, y que entreguen las fichas de seguridad correspondientes.
Respecto a la normativa de etiquetado de productos químicos, es necesario mencionar que existe una
propuesta de la comisión europea para adoptar los
criterios del Sistema Globalmente Armonizado de
Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos
(SGA) de la ONU, a fin de homogeneizar la clasificación, el embalaje y el etiquetado de las sustancias y
los preparados peligrosos para garantizar la protección de la salud pública y del medio ambiente, así
como la libre circulación de estos productos.Las disposiciones del SGA se aplicarán en distintas
fases durante el periodo 2010 y 2015, hasta introducir totalmente los cambios referentes a las nuevas
fórmulas de etiquetado, nuevos pictogramas que indican la existencia de un peligro, sustitución de las
actuales frases R por frases H (hazard statements),
sustitución de las actuales frases S por consejos de
precaución, entre otros.
Manipulación
• Intentar sustituir los productos tóxicos o muy agresivos por otros productos menos peligrosos que
consigan la misma eficacia.
• Utilizar siempre los productos de limpieza según
las recomendaciones e instrucciones del fabricante. En particular, cuando se trate de productos
concentrados que necesiten diluirse, se utilizarán
en la dilución indicada y, nunca, con la excusa de
conseguir más eficacia, a mayor concentración.
• Las sustancias inflamables y las sustancias nocivas,
sobre todo si desprenden gases o vapores (como el
amoníaco y el aguarrás u otros disolventes), deben
manipularse siempre con ventilación adecuada. Si
la ventilación no es suficiente, utilizar mascarilla y
filtro adecuados a las sustancias manipuladas.
• Los productos inflamables deben mantenerse alejados de cualquier foco de ignición (llamas, chispas, puntos muy calientes). Evidentemente, cuando se utilice cualquiera de estos productos estará
prohibido fumar y utilizar cualquier aparato que
produzca llamas o chispas.
• Prestar atención cuando se utilicen «sprays» para
no dirigir el producto pulverizado hacia bombillas
encendidas o cualquier otro foco de ignición.
• Los recipientes de productos químicos se deben
mantener bien cerrados cuando no se utilizan. Si
se dejan abiertos es muy frecuente que se produzcan derrames de producto, con el consiguiente riesgo de contacto. Si se trata de líquidos, sus
vapores contaminarán el ambiente y, en caso de
ser inflamables, podrán arder fácilmente si en los
alrededores hay algún foco de ignición.
• Cuando sea necesario efectuar trasvases, se debe
evitar el vertido libre desde recipientes. Emplear
bidones provistos de dosificadores o equipos portátiles de bombeo. Los trasvases deben realizarse
lentamente y con el máximo cuidado, para evitar
salpicaduras.
• Siempre que se manipulen productos químicos,
y especialmente cuando se efectúan trasvases de
líquidos corrosivos, se deben utilizar equipos de
protección adecuados para evitar contactos y salpicaduras (guantes y botas impermeables, gafas o
pantallas de seguridad, etc.).
• Algunas sustancias, al mezclarse, pueden reaccionar violentamente o desprender gases tóxicos. Los
ejemplos más frecuentes de este tipo de reacciones son los de la lejía con productos amoniacales o
con productos ácidos, como el salfumán, el aguafuerte o los limpiadores y desincrustantes antical.
Asimismo, se deben evitar las mezclas accidentales
vigilando que el envase a donde se trasvase un producto esté perfectamente limpio y libre de cualquier
resto anterior.
• En caso de salpicadura de algún producto, sobre
todo si se trata de un producto irritante o corrosivo, es imprescindible quitarse la ropa mojada y
lavar la zona afectada con agua abundante (en
general se recomienda dejar correr agua sobre
la zona afectada un mínimo de 10 minutos). Por
ello, donde se manipulen productos químicos y,
especialmente, en los almacenes y lugares donde
se realicen trasvases, deben existir puntos donde
poder lavarse fácil y rápidamente.
Almacenamiento
• Limitar las cantidades almacenadas, en las zonas
de trabajo, a las estrictamente necesarias. No acumular innecesariamente grandes cantidades de
productos en los almacenes; es preferible reponer
los productos con mayor frecuencia.
• Los productos se deben almacenar según las normas indicadas en sus fichas de seguridad y, siempre respetando la normativa legal sobre almacenamiento de productos químicos.
• Dotar las zonas de almacenamiento de buena
ventilación, sobre todo si se almacenan productos
tóxicos o inflamables.
• Aislar las zonas de almacenamiento de influencias
externas (fuentes de calor, luz solar, humedad).• Los envases de productos se dispondrán en estanterías que estarán sujetas a la pared. Es preferible que
los estantes tengan forma de bandeja para poder
recoger cualquier derrame que se pueda producir.
• Clasificar y agrupar los productos según sus riesgos, evitando la proximidad entre sustancias incompatibles o muy reactivas (lejía y ácidos o amoníaco, disolventes y agua fuerte, etc.).
• Los productos más utilizados y los envases más pesados se almacenarán en los estantes intermedios
por ser éstos de más fácil acceso.
• Mantener los envases de productos correctamente cerrados. Evitar apilar demasiados envases unos
sobre otros; los envases inferiores soportan todo
el peso de la pila y pueden llegar a deformarse y
romperse.
• Mantener los almacenes de productos de limpieza ordenados, dejando libres de obstáculos las
zonas de paso y prohibiendo estrictamente almacenar envases en estas zonas, aunque sea provisionalmente.
4. RIESGOS DERIVADOS DE LOS
TRABAJOS EN ALTURA
4.1. Descripción de los riesgos
Las actividades de limpieza implican frecuentemente trabajar en altura (limpieza de cristales, paredes,
techos, superficies elevadas, fachadas, etc.). El trabajo en altura es una de las situaciones que supone
mayor peligro, debido a que siempre está presente
el riesgo de caída a distinto nivel.
El riesgo de accidente es importante, incluso para
trabajos que se desarrollen a pequeña altura. Así,
el uso de medios de elevación no concebidos
para este fin (por ejemplo, taburetes o sillas) es
una causa bastante habitual de accidentes por
caída a distinto nivel. Por supuesto, la gravedad
de los accidentes es mucho mayor a medida que
se incrementa la altura de trabajo. Cabe destacar
que la causa principal de accidentes graves y
mortales en las actividades de limpieza son
las caídas desde altura.
4.2. Medidas preventivas
Los principios básicos a seguir para evitar accidentes
durante la realización de tareas de limpieza en altura
son los siguientes:• Siempre que sea posible, se trabajará a pie firme
desde el suelo antes que optar por la utilización
de medios de elevación. Por ejemplo, para limpiar superficies elevadas, siempre que sea posible, es preferible hacerlo desde el suelo mediante
herramientas que dispongan de un mango suficientemente largo, en lugar de hacerlo desde
escaleras.
• Utilizar, preferentemente, medios de elevación
que permitan el trabajo sobre una superficie relativamente amplia y que estén protegidas mediante barandillas: andamios, plataformas elevadoras,
plataformas eléctricas (góndolas), etc.
• Se debe tener en cuenta el trabajo a realizar para
elegir el medio de elevación más adecuado. Por
ejemplo:
Las escaleras de mano o las escaleras de tijera únicamente deben utilizarse para trabajos de
corta duración. Para trabajos que requieran más
tiempo, que precisen esfuerzos o el uso de las dos
manos, o que deban realizarse en condiciones
desfavorables (viento, visibilidad reducida, vibraciones, etc.), se utilizarán los medios citados en el
párrafo anterior.
• En cualquier caso, en días de fuerte viento o condiciones meteorológicas adversas (lluvia intensa,
nieve), no se debe efectuar ningún trabajo en altura en el exterior.
• Nunca se utilizarán objetos inestables como sillas,
cajas o bidones para efectuar trabajos en altura
subiéndose sobre ellos.
• Se deben respetar las normas de utilización de
equipos de elevación establecidas por el fabricante. En particular, se respetarán estrictamente las
limitaciones de uso establecidas por él.
• Es importante que los trabajadores que deban
realizar este tipo de trabajos se sometan a reconocimientos médicos para determinar su aptitud.
Obviamente, no deben realizar trabajos en altura
las personas que sufran de vértigo o de cualquier
enfermedad que les pueda provocar mareos.
Por otra parte siempre es conveniente, como medida
de seguridad complementaria, el uso de un sistema
anticaída.
Escaleras manuales
Las causas más habituales que provocan accidentes cuando se utilizan escaleras manuales son:• Deslizamiento de la escalera por apoyo precario,
suelo en pendiente, viento, etc.
• Pérdida de equilibrio por resbalones o gestos bruscos al manejar cargas pesadas o herramientas.
• Rotura de elementos de la escalera (cadena de seguridad, peldaños).
La utilización y el mantenimiento adecuados de las
escaleras manuales conseguirán evitar la mayoría de
accidentes. A continuación se indican las normas
fundamentales para lograr dicho objetivo:
• Antes de utilizar una escalera de mano deberá asegurarse su estabilidad. Para ello deberemos comprobar que la base de la escalera deberá quedar
sólidamente asentada. En ningún caso se colocará
sobre elementos inestables o móviles, como cajas
o bidones, para ganar altura. La escalera siempre
debe apoyarse sobre sus largueros y nunca en el
peldaño inferior.
• Si la superficie sobre la que se apoya la escalera es
muy lisa o resbaladiza, la escalera deberá disponer
de elementos que impidan su deslizamiento: zapatas antideslizantes, abrazaderas o ganchos que
permitan fijarla al punto de apoyo superior.
• Para trabajar sobre un suelo inclinado o con desniveles, se deben utilizar escaleras provistas de
zapatas ajustables en altura, de manera que los
travesaños queden en posición horizontal.
• Las escaleras de mano simples deben colocarse
con una inclinación aproximada de 15 grados con
la vertical (la separación del punto de apoyo será
la cuarta parte de la longitud de la escalera). En
otras palabras: una escalera de 8 m debe colocarse de manera que sus pies estén a 2 m de la pared
donde se apoya. Si la separación fuera menor, la
escalera podría caer hacia atrás, y si fuera mayor,
la base de la escalera puede resbalar.• Cuando se emplee una escalera para acceder a
lugares elevados, como techos o plataformas, sus
largueros deben sobrepasar al menos 1 m los puntos superiores de apoyo.
• La parte superior de la escalera nunca se debe apoyar sobre tuberías, cables o elementos poco resistentes, ni tampoco cerca de conductores eléctricos.
• Antes de acceder a la escalera, es preciso asegurarse de que tanto la suela de los zapatos como
los peldaños están limpios, en especial de grasa,
de aceite o de otras sustancias resbaladizas.
• Si la escalera se tiene que utilizar en lugares de
paso de personas o de vehículos, habrá que protegerla de golpes. Es muy peligroso colocar una escalera frente a una puerta sin señalizar su presencia y trabar la puerta para prohibir el paso. Debe
impedirse el paso de personas por debajo de la
escalera.
• El ascenso y el descenso se efectuarán siempre de
frente a la escalera, con las manos libres, permitiendo un firme agarre, y agarrándose con ellas
a los peldaños o a los largueros. El trabajo en la
escalera también debe realizarse de frente a ella.
• No se debe trabajar nunca por encima del tercer
peldaño, contado desde arriba, de una escalera de
mano simple.
• La escalera nunca deberá ser utilizada, a la vez,
por más de una persona.
• Es aconsejable el uso de cinturón de seguridad a
partir de los 2 m de altura, anclándolo en un lugar
fijo, nunca en la propia escalera.
• En una escalera no se debe subir, bajar ni manipular cargas que, por su peso o dimensiones, puedan
comprometer la seguridad del trabajador.
• Muchas caídas suceden porque los trabajadores que
están subidos en la escalera tratan de alcanzar objetos alejados. Lo seguro es bajar de la escalera y situarla
en el lugar adecuado. Nunca se debe mover una
escalera estando el trabajador subido a ella.
• Las herramientas o materiales que se utilicen durante
el trabajo sobre una escalera manual nunca se dejarán sobre los peldaños. Éstos se deberán colocar en
una bolsa sujeta a la escalera, colgada en el hombro
o sujeta a la cintura del trabajador, permitiendo, en
todo momento, tener las manos libres.
• Al descender de una escalera y antes de poner pie a
tierra hay que mirar si existe algún obstáculo que impida o dificulte dicha acción. No se debe saltar de una
escalera, aunque queden pocos escalones por bajar.
• Las escaleras de mano se revisarán periódicamente y,
siempre, antes de su utilización. Deben estar limpias
y hay que comprobar el buen estado de los peldaños,
largueros, zapatas, abrazaderas, etc. Si se encuentra
algún defecto que pueda afectar a su seguridad, se
debe señalizar con un letrero prohibiendo su uso y
comunicar que se debe reparar o sustituir.
• Cuando se utilicen escaleras de tijera, hay que
abrirlas totalmente, de manera que quede extendido el tensor de seguridad. Nunca se debe pasar
de un lado a otro por la parte superior ni trabajar
a «caballo» sobre ella.
Plataformas elevadoras y plata- formas eléctricas colgadas
Las plataformas elevadoras están concebidas para
ser utilizadas por uno o varios trabajadores y para
poder efectuar trabajos diversos a distintos niveles
de altura. Normalmente, se trata de plataformas automotoras que se desplazan sobre ruedas y que se
elevan mediante brazos hidráulicos.
La limpieza de fachadas y cristales en grandes edificios de oficinas o en grandes almacenes se realiza, en la mayoría de casos, desde plataformas
eléctricas colgadas (góndolas). En esencia, estas
plataformas consisten en una barquilla suspendida
mediante cables de acero de unos brazos situados
sobre una carretilla que se desplaza por la cubierta
del edificio.
CAPÍTULO 3
Está prohibido pintar las escaleras de
madera, debido a la dificultad que ello
supone para la detección de sus posibles defectos. En lugar de pintarlas,
se pueden barnizar con barniz transparente.Las normas básicas a seguir cuando deban utilizarse estos equipos son:
• Respetar siempre la carga máxima útil sobre la
barquilla que indica el fabricante. Dicha carga
máxima debe estar claramente indicada en
una placa perfectamente visible, en la que
además se incluirán las instrucciones de seguridad que se deben seguir.
• Las personas que deban manejar estos equipos
deben estar formadas sobre su utilización y, en
particular, tendrán instrucciones de cómo actuar
en caso de avería de la máquina o, en el caso
de las plataformas eléctricas colgadas, cuando se
produzca un corte de corriente eléctrica.
• En las plataformas eléctricas colgadas, el acceso
de personas a la barquilla o su abandono se realizará siempre con la barquilla apoyada en la terraza del edificio, o bien depositada en el suelo. En
ningún caso se subirá o bajará en zonas distintas
del recorrido. En las plataformas elevadoras, se
subirá y bajará cuando la plataforma esté en su
posición más baja.
• El operario debe poder acceder fácilmente a las
zonas donde deba trabajar. En ningún caso se
tratará de alcanzar zonas alejadas que obliguen
a sacar el cuerpo por encima de las barandillas
o adoptar posturas peligrosas. Está terminantemente prohibido utilizar cualquier medio para
subirse y ganar altura como, por ejemplo, subirse
a cajas o bidones o instalar en las plataformas
andamios de borriquetas o escaleras.
• Las plataformas elevadoras automotoras no se
deben desplazar mientras estén elevadas y con
trabajadores sobre ella. Al situarlas en el lugar de
trabajo, se vigilará que la zona sea segura, resistente y nivelada, y se utilizarán estabilizadores.
• Las plataformas de trabajo deben cumplir obligatoriamente con la normativa de seguridad
aplicable y contar con la certificación CE. Entre
otros requisitos, su suelo debe ser antideslizante
y su perímetro debe estar protegido con barandillas o paredes metálicas que impidan la caída.
Además deben contar con dispositivos de seguridad como limitadores de velocidad, limitadoresde carga, dispositivos antibalanceo, mandos en
la propia plataforma con sistema de parada de
emergencia, etc.
• Asimismo, los trabajadores que utilicen estos
equipos de elevación deben inspeccionarlos diariamente, antes de empezar el trabajo, para detectar posibles anomalías (soldaduras agrietadas,
elementos sueltos, cables dañados, fugas de líquido hidráulico, etc.). En caso de detectarlas, no se
iniciará el trabajo y se comunicará al responsable
del mantenimiento del equipo.
Trabajos sobre techos o cubiertas
En este tipo de trabajos, además de su realización en
alturas generalmente elevadas, existen una serie de
factores que incrementan su peligrosidad como son
la inclinación de las superficies en que se desarrollan
las tareas, las condiciones meteorológicas y, en muchas ocasiones, la baja resistencia y la fragilidad de
los materiales de techos y cubiertas.
Así, las medidas preventivas irán encaminadas a evitar tanto las posibles caídas desde los bordes de tejados, como las caídas a través de las propias cubiertas, debido a su rotura. Este último caso es frecuente
en tareas de limpieza de claraboyas o sobre tejados
ligeros de fibrocemento o de materiales plásticos.
• Para evitar las caídas desde el borde de las cubiertas, siempre que sea posible, se instalarán barandillas a lo largo de todo el perímetro, fijadas sobre
las vigas que soportan la cubierta. En este sentido,
y sobre todo cuando se trate de cubiertas que se
deban limpiar con cierta frecuencia, es importante
prever puntos de anclaje adecuados que permitan
montar y desmontar las barandillas de manera rápida, fácil y segura. Las barandillas deben tener
como mínimo las siguientes características:
– 90 cm de altura.
– Listones intermedios que impidan el paso de una
persona por debajo de la barandilla.
– Rodapié que impida la caída de materiales o herramientas.
• Para evitar las caídas a través de la cubierta debido a su rotura, se utilizarán pasarelas de circulación
que hagan innecesario pisar directamente la cubierta. Las pasarelas deben estar diseñadas de manera
que se puedan ir ensamblando y desplazando sin
que el trabajador tenga que pisar la cubierta. Lógicamente, su superficie debe ser antideslizante. Se
pueden utilizar de madera o de aluminio, aunque
éstas últimas presentan la ventaja de ser más ligeras
y su montaje y manipulación es más fácil.
• En cualquier caso como medida de seguridad complementaria, y siempre que no sea posible instalar barandillas que ofrezcan total seguridad frente a las caídas,
se deberá utilizar cinturón y arnés de seguridad.