La plantilla de SAMUR Social de Madrid, tras meses siendo testigos de una realidad especialmente dramática, por la carencia de recursos para atender situaciones de emergencia social de personas en una situación de extrema exclusión, nos sentimos en el deber de hacer un comunicado público para trasladar a la sociedad, las consecuencias de las condiciones y las circunstancias a las que nos enfrentamos diariamente en el desarrollo de nuestra labor.
Es preciso mencionar que en ningún caso nos mueve la motivación de buscar culpables, sino la esperanza de generar conciencia social y compromiso de cambio hacia futuras soluciones.
Queremos transmitir nuestra profunda preocupación mediante este manifiesto exponiendo que:
Estamos viviendo una situación de continua vulneración de derechos humanos por la carencia de recursos para atender demandas de alojamiento de personas en situación de emergencia social y de extrema exclusión. En ocasiones, cada vez más frecuentes, nos encontramos con perfiles de población especialmente vulnerables, como son personas con enfermedades mentales graves, con diversidad funcional e incluso familias con niños y niñas, que se ven abocados a una situación de calle ante la imposibilidad por parte de los profesionales de ofrecer una alternativa residencial.
Ante esta situación se ha facilitado la pernocta en las instalaciones de la sede Central de SAMUR social, en zonas no habilitadas para el descanso como sillas, mesas o el propio suelo, y en otras ocasiones se da la situación que los menores y sus familias pernoctan en la calle.
Se ha informado mediante los cauces internos oportunos tanto a Mandos del Ayuntamiento a través del personal responsable de la gestión de la plantilla de nuestra empresa, Grupo 5 Acción y Gestión Social, de nuestra profunda inquietud e indignación por los hechos mencionados, no hemos recibido una respuesta que ofrezca una solución coherente, integral, real y digna.
Nos encontramos ante una red de recursos de alojamiento para personas sin hogar precaria, escasa, saturada y con listas de espera de meses, que suponen una resistencia en los procesos personales de cambio de aquellos que se encuentran en una situación de sinhogarismo. Además de perjudicar la relación de ayuda y el vínculo de confianza con los profesionales en la construcción de un puente entre la calle y las diferentes alternativas residenciales, nos enfrenta a escenarios de una conflictividad y agresividad cada vez más frecuentes y de una intensidad en aumento.
La plantilla está sufriendo un desgaste emocional y psicológico sin precedentes, sintiéndonos meros comunicadores de la imposibilidad de dar cobertura a necesidades básicas. Hablamos de un estado límite que está derivando en problemas a nivel de salud mental y física en la plantilla. Vivimos con la continua sensación de estar quebrantando nuestro código deontológico, nuestra ética personal y profesional, así como los valores que las promueven.
No queremos ser cómplices ni encubridores de una realidad que sufrimos diariamente y cuya tendencia va en aumento desde hace mucho tiempo, habiendo llegado a superar todos los límites con la presencia de menores en una situación de desamparo y sin respuesta a una cobertura básica de alojamiento.
- Solicitamos que se adecuen los recursos destinados a servicios sociales y en especial, al servicio de emergencias sociales y atención a personas sin hogar, a la realidad social que se está viviendo en la ciudad de Madrid.
- Solicitamos que todas las administraciones públicas involucradas en la atención a solicitantes de asilo se comprometan a dar una respuesta real, que no vulneren los derechos fundamentales de los ciudadanos y respete los derechos universales del menor.