En primer lugar, manifestamos, nuestras más sinceras y profundas condolencias a la familia y a tod@s l@s amig@s de Antonio González, fallecido el viernes, 31 de Mayo en accidente laboral en la empresa Carburos Metálicos del complejo químico en la Pobla de Mafumet, pueblo de Tarragona.
Una vez más se nos presentan los accidentes laborales, sean del carácter que sean, como una lógica fatalidad de quienes trabajan. Y es que, han convertido la criminal explotación en una “suerte de lotería”, (contentos de trabajar sea como sea) cuando en verdad se trata de una obligación (ante las necesidades provocadas) a tener que vender su fuerza de trabajo. Nosotr@s lo llamamos asesinatos capitalistas por una explotación depredadora, sin otras consideraciones y miramientos que los de coaccionar a los trabajadores en multitud de trampas y formas, para sacarles el máximo rendimiento: (leyes laborales que favorecen a los empresarios, largas jornadas, contratos leoninos, empresas subcontratistas que cogen faenas a precios reventados o a través de ETTs, despido libre con indemnizaciones irrisorias etc.). Con este panorama l@s trabajado@s se ven obligados a trabajar sin seguridad.
En lo que hace referencia a los accidentes mortales en España durante el año 2018 han aumentado un 5,5% y suponen 652. Parece ser que aquí no se cuentan los accidentados graves que fallecen a posteriori; cuyos datos nos indican que aumentaron respecto al año anterior, un 3,2%, en un total de 4.000. Entre estos y menos graves que tuvieron que coger la baja llegó la cifra nada menos que a más de 600.000 accidentados.
En Tarragona la industria química, nos tiene tan acostumbrados a los accidentes graves, como a hacernos tragar a diario toda su mierda de gases. No son pocos los que trabajan en esta y denuncian, de boca en boca, la falta de inversión en mantenimiento, las reducciones constantes de personal etc. siendo un sector que obtiene importantes beneficios. Lo lamentable, (además de las desgracias que provocan), es que hasta ahora, a esta industria, nadie le ha ajustado cuentas al respecto y “parado los pies” como se merece. Y esto es algo, que sólo podrían llevar a cabo los pueblos de Tarragona con grandes movilizaciones, ya que las administraciones, hasta ahora, sólo han demostrado sumisión a estos “buitres” explotadores de la química.
De este último desgraciado caso que nos ocupa, podemos esperar, como de costumbre, que la empresa culpe a los trabajadores del accidente y de su propia muerte.
Sindicat de Comisions de Base (co.bas) 1/6/2019