Históricamente la trayectoria del movimiento obrero y sindical ha venido condicionada por el desarrollo del capitalismo, con una organización sindical más fuerte en sectores productivos muy masculinizados y una opacada presencia de las mujeres ya que el trabajo doméstico y de cuidado impedía a las mujeres la militancia.
Hoy, las mujeres trabajadoras se están organizando cada vez más para dar un paso adelante en la lucha sorteando también las desigualdades de género. La mayor presencia sindical de las mujeres coincide con un mercado de trabajo donde precariedad, parcialidad y flexibilidad se ceba especialmente en ellas y donde la tasa de desempleo femenina continúa siendo superior a la masculina.
Aunque las cifras nos muestran que el porcentaje de mujeres con estudios superiores y mayor cualificación es superior al de los hombres, son ellas las que sufren mayores tasas de desempleo y precariedad laboral
El desarrollo de la acción sindical se dificulta cuando se conjugan jornadas parciales en varios trabajos, precarización, responsabilidades familiares, falta de perspectiva de género, descenso en las partidas destinadas a políticas de igualdad, recortes en servicios públicos, crisis económica… La falta de medidas para la igualdad y de mejora de todas estas condiciones estructurales del autoproclamado “gobierno más progresista y feminista de la historia”, hace muy difícil la conciliación y nos aleja de la igualdad real.
Comprometerse con la igualdad supone seguir visibilizando todos estos condicionantes estructurales que limita el papel de las mujeres, pero también tomar conciencia de que la construcción patriarcal y el machismo que se deriva nos atraviesa a todos y también a nuestra organización.
La maternidad, continúa siendo un freno para el desarrollo y la promoción profesional de las mujeres. No existe igualdad sin conciliación real y eso solo es posible modificando los roles tradicionales de mujeres y hombres en todos los ámbitos, familia y trabajo.
Y es desde las empresas y las instituciones “comprometidas con la igualdad” desde donde se deben implementar las medidas para acercarnos; horarios flexibles, servicios para el cuidado de personas dependientes con diversidad de franjas horarias y asumibles económicamente, valoración de las tareas del cuidado, corresponsabilidad en el reparto de las responsabilidades…
Este primero de mayo queremos visibilizar especialmente la lucha de las secciones sindicales más feminizadas de nuestro sindicato, mujeres que con su labor sindical han peleado por la mejora de nuestras condiciones laborales siendo vanguardia contra la precariedad. Mención especial a las jornaleras de Sevilla, a las compañeras del SAD, a las de la limpieza de edificios, a las trabajadoras de INDITEX y a las del hogar.