El pasado día 15 de julio murió un barrendero de 60 años del Ayuntamiento de Madrid por golpe de calor.
El trabajador estaba en plantilla de una subcontrata del Ayuntamiento de Madrid, realizando tareas de limpieza viaria en unas condiciones medioambientales que no garantizaban la seguridad y salud, ya que estas eran extremas y no existía ningún Plan de Actuación en situación de ola de calor, seguramente tan solo se habían entregado recomendaciones generales a los/as trabajadores/as.
Ha tenido que morir este trabajador del servicio de limpieza del Ayuntamiento de Madrid para que se ponga en marcha un Plan de Actuación que debería estar implementado desde 2003. No sin ello, presenciando como los responsables políticos se lanzaban el balón unos a otros eludiendo la responsabilidad de la muerte del trabajador.
Quien tiene la obligación de garantizar la seguridad y la salud de los/as trabajadores/as según la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales es la empresa que los contrata, y en caso de subcontratas, la responsabilidad es solidaria y se extiende hasta el contratante final como establece el RD 171/2004 de Coordinación de Actividades Empresariales, que en este caso es el Ayuntamiento de Madrid.
Según unas declaraciones del Alcalde de Madrid, señalaba directamente al Ministerio de Trabajo como responsable último de la muerte del trabajador por la ausencia de intervención de la Inspección de Trabajo. Solo señalar, que la Inspección de Trabajo actúa básicamente por denuncia de la parte afectada, y en ocasiones de oficio, y como es evidente, ni el Ayuntamiento como contratante último ni la empresa subcontratada se iban a autodenunciar, ni tampoco se tiene constancia de que el Comité de Empresa haya denunciado tal situación.
Como era de esperar, la dejadez de funciones del órgano de representación de los/as trabajadores/as compuesto por los sindicatos mayoritarios, siempre queda al servicio de la patronal. No hay nada mejor como no hacer nada para dejar que las Administraciones y las empresas precaricen y empeoren las condiciones laborales de los/as trabajadores/as en aras del beneficio económico.
Entre todos lo mataron y él solo se murió
Ante las advertencias de la Agencia Estatal de Meteorología de las previsiones de altas temperaturas que pondrían en alerta roja a gran parte de la península, la empresa responsable de la limpieza viaria de Madrid, como muchas otras en las que sus plantillas estás expuestas a las inclemencias del tiempo, hacen caso omiso y obligan a sus trabajadores y trabajadoras a seguir trabajando sin ningún tipo de medida preventiva.
Y como siempre ocurre en estos casos, la culpa siempre es del muerto. Culpa por trabajar con un traje de poliéster que le obligaron a utilizar el cual aumenta el efecto del calor en el cuerpo, culpa por trabajar en las horas centrales del día y en las que más calor hace, culpa por trabajar en recorridos con ausencia de sombra, por no hidratarse lo suficiente porque la empresa subcontratada no se lo aporta a los trabajadores, y culpa de querer realizar el objetivo diario de trabajo para no ser sancionado.
Todo esto pone en evidencia el nulo interés que tienen la mayoría de las empresas por la salud de sus trabajadores y trabajadoras. Son conscientes que existe un ejército de reserva de personal precario que es fácilmente sustituible por otro. Si uno muere trabajando, se contrata a otro en las mismas condiciones o peores. Por ello, realizar el más mínimo gasto en salud laboral no entra en ninguna de sus prioridades, cuando lo que prima es el beneficio económico. Solo mueven ficha cuando planea alguna responsabilidad penal sobre sus cabezas, no el hecho de que un trabajador haya muerto.
Aunque creamos que las condiciones laborales del siglo XIX han desparecido, de sobreexplotación cercana a la esclavitud, se sigue dando en la actualidad en el Estado español. Todos los años mueren trabajadores y trabajadoras del campo, la mayoría inmigrantes que trabajan en condiciones ambientales y laborales extremas, y como en algunos casos pillan a los empresarios deshaciéndose de sus cuerpos, como el que se deshace de un trasto viejo, para eludir cualquier responsabilidad penal.
La Salud Laboral como derecho
Los grandes avances en derechos laborales que se han conquistado en la segunda mitad del siglo XX son derechos que mejoran las condiciones de vida de las clases más empobrecidas de la sociedad como nunca se ha dado en la historia de la humanidad. Por ello es necesario defender y preservar esos derechos, entre ellos la Prevención de Riesgos Laborales y la Salud Laboral.
Ingenuo/a es el que piense que esos derechos surgieron en un determinado momento de forma espontánea como si de setas se tratase. Mucha lucha ha costado a los/as más precarios/as y explotados/as, sobre todo del mundo occidental. Cárcel y muerte fue el destino de muchos de ellos/as para que otros en el futuro pudiesen trabajar en unas condiciones que ellos/as nunca disfrutaron. Lucha que se plasmó en Ley cuando se obligó a los que mandan a que pusiesen en el centro la vida y la salud de los/as trabajadores/as.
Defendamos nuestros derechos y nuestra salud. Prevención de riesgos laborales seria y eficaz y no reacción a accidentes de trabajo. Nuestra vida va en ello.