Los pasados 26 y 27 de enero del año en curso, en el madrileño barrio de San Fermín, celebramos el IVº Congreso estatal del indicato Comisiones se Base (co.bas).

Al Congreso asistieron delegadas y delegados venidos desde Canarias, Baleares; Cataluña; Euskadi; Andalucía y Madrid. Delegados/as que fueron electos en sus respectivos territorios.

Al Congreso acudieron igualmente invitadas organizaciones con las que venimos trabajando juntos/as en diversos sectores o territorios, como los compañeros/as de AST. Especialmente presentes estuvieron los compañeros de la Intersindical de Aragón, con quien co.bas tenemos un protocolo de trabajo común y en el congreso se aprobó una resolución que plantea la
unidad orgánica entre ambas organizaciones.

El IVº Congreso contó también con la presencia de organizaciones internacionales, como la Unione Sindicale di Base (USB) de Italia, la Federación Sindical Mundial y la CSP Conlutas de Brasil miembro de la Red Sindical Internacional.

El cierre del congreso contó con una presencia especial, la de una delegación de las y los taxistas en lucha, que en esos días copaban las calles de Barcelona y Madrid.

El lector/a podrá acompañar mediante los documentos y resoluciones que aquí publicamos, el desarrollo de los debates y las tareas resueltas tras los mismos.

El IVº marcó sin duda un momento ya distinto, cualitativo en el desarrollo de Co.bas, que alientan el entusiasmo en seguir construyendo esta herramienta de lucha para la clase obrera.

Con toda la humildad y paciencia pero también con todo el entusiasmo porque nada de lo humano se puede hacer sin pasión, seguimos en la lucha, porque como dice el lema que presidió el IVº Congreso, hay que: Organizarse para luchar, luchar para ganar.

El IVº Congreso Estatal de Co.bas se realizará en Madrid los días 26 y 27 de Enero de 2019.

El horario y el orden del día lo propondrá la Mesa del Congreso y deberá ser aprobado o modificado al inicio del Congreso junto al presente Reglamento. Con el fin de facilitar la organización y la asistencia al Congreso, se establece las 10,30 horas del día 26 de enero como hora de inicio y las 14,00 horas del 27 de enero como fecha de finalización.

La composición de los delegados y delegadas al Congreso se realizará con una distribución proporcional de la afiliación por Comunidades Autónomas y a su vez, dentro de estas, se distribuirán por provincia con el mismo criterio de proporcionalidad. La distribución se establece según las cotizaciones que la Coordinadora Estatal saliente ha certificado a fecha de diciembre de 2018 y que constan en el anexo al final de este Reglamento. En el caso de Canarias, estas normas generales serán diferentes y se regirán por el Protocolo especial entre Co.bas Estatal y Co.bas Canarias.

El IVº Congreso será abierto a los afiliados y afiliadas que lo deseen y comuniquen con el límite de capacidad de la sala.

Para convocar el Congreso a cualquier afiliado/a se le enviará por correo postal, electrónico o a mano, la convocatoria con los plazos provinciales de la pertinente Asamblea de toda la afiliación y con una copia de los documentos, siempre entregado o a disposición con un plazo mínimo de un mes. Los documentos centrales, así como el presente Reglamento y el Orden del día, se enviarán con fecha máxima el 21 de diciembre.

Cada provincia deberá organizar los debates de la forma más participativa posible, por Secciones Sindicales de empresa o por zonas territoriales, para facilitar la máxima democracia de los/as trabajadores/as a la hora de proponer o enmendar. En caso de darse diferentes propuestas para la elección de delegados/as se establecerá la proporcionalidad de votos para
contabilizar el resultado de los/as elegidos/as a nivel provincial. Si se hace por listas cerradas la proporcionalidad será directa. Si la elección se hace en listas abiertas se elegirá a los/as más votados/as, asegurando siempre que
la proporcionalidad se respeta.

Las asambleas deberán dejar bien claro el criterio y siempre desde el respeto a la proporcionalidad y a que las diferentes opiniones estén representadas.

La elección de delegados/as deberá tener presente el criterio de género, de tal manera que en igualdad de condiciones las compañeras tengan preferencia para ser electas.

Las enmiendas y aportaciones que realicen las asambleas provinciales o autonómicas se entregarán al correo enmiendascongreso@cobas.es.

El plazo para envío de enmiendas finalizará el 18 de enero, para poder así ordenarlas de cara al Congreso.

Se aportará un acta (escaneada o por fax) de las votaciones realizadas en la elección de delegados/as provincial y de las votaciones de los documentos y enmiendas. El acta deberá ir firmada, por la Mesa y 2 testigos de la Asamblea Provincial de afiliados/as. En la misma constarán los nombres, DNI, y teléfonos de todos y todas los/as delegados/as electos.
Las enmiendas o aportaciones que pasen al Congreso deberán tener un apoyo mínimo del 10% de los/as afiliados/as presentes en la asamblea.

La Coordinadora Estatal saliente entregará toda la documentación a la Mesa del Congreso:

Balance de finanzas, estado de cuentas, balance de la organización y enmiendas, para que esta gestione el Congreso ante cualquier petición.

La Mesa del Congreso será la que rija todo el Congreso tras la finalización del mandato de la Coordinadora Estatal saliente y estará compuesta por 5 personas: 1 de Catalunya, 1 de Canarias, 1 de Madrid, 1 de Andalucía y 1 de Euskadi, que se elegirán entre las delegaciones de cada Comunidad Autónoma, se tendrá en cuenta el criterio de género y se comunicarán al
inicio del Congreso. Ante cualquier discrepancia importante se someterá al pleno del Congreso la decisión. Más del 50% del Congreso deberá ratificar las propuestas que llegan de cada CCAA. Entre ellas elegirán uno o dos Coordinadores/as Estatales para la tramitación de los documentos y estatutos resultantes ante la Administración y se repartirán las responsabilidades que el Congreso decida.

Distribución de Delegados/as con derecho a voto al IVº Congreso Estatal:

  • Canarias: Catalunya, Baleares y P. Valencia: 30;
  • Madrid y Castilla: 29
  • Andalucía, Extremadura y Murcia: 10;
  • Euskadi y Norte: 2

Documento Sindical

Los inicios del Sindicato de Comisiones de Base (co.bas) no fueron fáciles.

Queríamos recuperar un sindicato de clase, de libres e iguales, recuperar las mejores tradiciones del movimiento obrero que quiere superar el capitalismo, pero el contexto era el de un sindicalismo institucionalizado, con organismos de dirección que no consultaban, ni con asambleas, ni con referendos a los/as trabajadores/as, las firmas de pactos sociales ni la firma de los convenios de sector, con la dificultad del debate por la falta de pluralidad en el seno de los sindicatos mayoritarios.

La segmentación y la externalización, las subcontratas, que dividían, y dificultaban la unidad de la clase, con unas deslocalizaciones que había que frenar.

Partíamos de nuestra experiencia acumulada, de la honestidad de muchos/as delegados/as y afiliados/as que votaban las decisiones con debate. Teníamos claro no repetir los errores de depender de las subvenciones, de los liberados permanentes, y decidimos que sólo dependeríamos de nuestras cuotas, de nuestro trabajo militante voluntario y que las decisiones las toman las bases en las asambleas generales o en cada empresa o sector.

Venciendo la presión que suponía haber nacido en una empresa (Telefónica) apostamos desde el primer día por rechazar el corporativismo, el gremialismo, en forma de sectorialismo o el nacionalismo mismo, todas ellas opciones en las que se tradujeron no pocas de las rupturas con CC.OO o UGT. La definición de Co.bas fue de sindicato de clase, internacionalista y solidario.

Queríamos recuperar la unidad de acción con los movimientos sociales, feministas, ecologistas, por la igualdad de derechos de los/as inmigrantes, antirracistas, contra las guerras imperialistas. Aquellas primeras experiencias de Red contra los Cierres y las Deslocalizaciones fueron los primeros pasos en Barcelona, a los que luego siguieron otros en diferentes lugares del estado, que se unieron a las luchas contra la guerra en Irak, el movimiento contra la globalización capitalista con amplias movilizaciones.

Iniciamos las alianzas para hacer los 1º de Mayo alternativos, anticapitalistas, con otros sindicatos de clase. Las propuestas de listas conjuntas a las elecciones sindicales, con sindicatos que respetaran las decisiones de las asambleas y la movilización contra las políticas neoliberales, de los gobiernos centrales o autonómicos de turno. No es nada fácil, pero el ejemplo ha permitido crecer en estos años. Compañeros/as de Girona y Tarragona crearon los núcleos en sus empresas y territorio, hartos de las decisiones desde arriba del sindicalismo mayoritario dentro de un contexto que a partir del 2008 se complica con la crisis. En lugares como Madrid, núcleos de trabajadores/as en lucha (como UPS) se unen al proyecto de recuperar un sindicalismo de clase y combativo y poco a poco se incorporaron nuevos sectores como INDRA, EMT, Limpieza de Edificios y Locales, etc… que van construyendo una oposición obrera al sindicalismo oficial y burocrático.

Son parte de ese ejemplo las huelgas contra los EREs y ERTEs, por los convenios, la lucha por las pensiones, contra el machismo, contra la Ley Mordaza o en defensa de las libertades democráticas plenas y el derecho a decidir… intentando siempre aunar esfuerzos y manifestar un claro espíritu unitario para la lucha con otros movimientos sociales.

La dificultad es la de siempre, ¿cómo implicar a la gente trabajadora para construirnos como clase trabajadora? Esto es lo que hay que profundizar, el hecho de implicar a millones de trabajadores/as y sectores populares en construir un proyecto de clase y democrático que garantice el bienestar para todas y todos frente a la dictadura del capital. Aquí es donde están las dificultades para poder extender más el proyecto de sindicato de clase.

Somos lo que hacemos cada día, lo que consumimos, donde depositamos el dinero, con los que compartimos la vida cotidiana, todo ello nos construye y nos transforma. Desgraciadamente la hegemonía cultural sigue siendo el individualismo y el consumismo destructor de la naturaleza, los valores del capitalismo y su tenaz esfuerzo, difundidos por los medios de comunicación, sus partidos políticos y sus aliados de la burocracia sindical, para que los/as trabajadores/as no se reconozcan así mismos como clase. Crear conciencia de clase comienza por algo tan básico como es combatir, con mucha paciencia y respeto, todas esas presiones del individualismo y el liberalismo burgués que entran en la cabeza de los/as trabajadores/as y se cuelan en las filas de nuestro propio sindicato.

Pero lo cierto es que sigue dominando el delegar electoralmente en asesores especialistas en lugar de implicarse y confiar en la propia lucha de la clase obrera como única garantía de cambio social. Entre todos/as tenemos que ir descubriendo cómo crear estas condiciones que forman la conciencia de clase. No tenemos recetas, más que la lucha y la democracia obrera, de base, sólo así podremos ir construyendo la nueva cultura de clase, solidaria.

Nuestra praxis cotidiana debe ir dirigida a transformar la “clase en sí” en “clase para sí”, porque no se trata sólo de votar, sino de acabar con este sistema, es instaurar unas relaciones sociales que acaben con la explotación con toda forma de opresión, en donde inmigrantes, mujeres, jóvenes, jubilados/as, todos y todas seamos libres e iguales.

¿Por qué no hemos recuperado aquel sindicalismo combativo y de nuevo tipo (sociopolítico)?:

Porque la burocracia sindical y el régimen que los protege ha hecho todo lo posible para impedirlo.

Porque varias generaciones fueron destruidas política y organizativamente y vieron sus fábricas, minas, y empresas cerradas en nombre del ingreso “en Europa” y del “progreso”.

Desapareció toda una generación de activistas, militantes, que llegaban e influían en las masas y no solo desde el mundo del trabajo, sino también desde los barrios por medio de las Asociaciones Vecinales, desde los centro de enseñanza; desde todas partes en que había un grupo o cualquier activista era capaz de intervenir en diversos lugares, respondiendo a comentarios que fueran en contra de los intereses del pueblo y la clase obrera.

Ahora predomina la desorganización y falta de cuadros y, por el contrario, la mayoría lo tenemos en frente, acomodado en sindicatos institucionales, en la práctica, contrarrestando la lucha de clases con unos pactos sociales que buscan legitimarse por arriba con gobiernos y patronales, en vez de luchando y organizando en la calle.

Es un problema (con varias ramificaciones) difícil de resolver, pero para ello lo principal es tener la conciencia que hace falta para actuar sobre el mismo, poniendo manos a la obra en lo tocante a la formación sindical sobre lo sociopolítico, con una teoría de clase que recoja lo mejor de las aportaciones de las ciencias sociales.

Es importante recordar en cualquier acción colectiva que si no acabamos con el sistema capitalista no hay solución definitiva Las
medidas reivindicativas repetitivas, terminan convirtiéndose en rutina y no creyéndoselas nadie; menos aún, cuando están viendo que son las empresas y las administraciones quienes las modifican a la baja. Se han de plantear, por el contrario, las aspiraciones en términos de verdad, tanto en lo que hace referencia al funcionamiento cruel y aberrante del capitalismo y el imperialismo, como por el buen vivir que puede tener ya una sociedad socialista, educando a la gente en la verdad histórica de su condición de clase.

Recordemos a Walter Benjamín: que el cambio verdadero necesita una manera particular de hacer historia. A esta la llama el materialismo histórico, que, en vez de narrar el pasado como los historicistas tradicionales, Benjamín propone intervenir el presente con una imagen que reta e interrumpe mentalidades. A esta la llama una imagen dialéctica, que siempre es una imagen del pasado razonada en presente. La idea es que el cambio no se logra simplemente fantaseando con un futuro mejor, sino que con lo que ya existe puede servir para una sociedad justa”… “No se trata de reformar la propiedad privada, sino de abolirla; no se trata de paliar los antagonismos de clase, sino de abolir las clases; no se trata de mejorar la sociedad existente, sino de establecer una nueva”.

Se trata de saber contrarrestar las armas fundamentales que el capital emplea; que son, y por este orden; la alienación y la represión y más allá vencerlas. Hay que explicar a la clase obrera en general por qué esto es así y que por tanto no hay otra salida que la de acabar con el capitalismo y construir el socialismo.

Pero además cuando esto se aborda sin ambigüedades, con máxima claridad y concreción, los/as trabajadores/as lo entienden perfectamente. El único obstáculo, puede ser que seamos nosotros/as mismos/as, por no ponerlo en práctica.

El IVº Congreso Estatal de Co.bas lo realizamos, como se señala en la introducción, en el 10º Aniversario del estallido de la mayor crisis económica desde 1929. En este período transcurrido desde el anterior Congreso (2014-2018) el rasgo más significativo del período y de la situación actual, es la profunda crisis interburguesa. No ha existido en los últimos 40 años una crisis política de
un calado semejante a la que nos está tocando vivir. De fondo, la crisis política se apoya en la propia crisis económica del sistema capitalista, en particular la que se desató hace ahora una década y que ha espoleado a los diferentes sectores burgueses a defender, con uñas y dientes, su espacio en “el mercado” y su trozo de la tarta de la renta nacional.

Cuando, ahora hace 10 años, estalló la crisis financiera, los llamados países centrales de la Unión Europea, para evitar la quiebra de los bancos, el desplome del euro y la caída en la depresión, recurrieron al endeudamiento público masivo y al saqueo de la “periferia europea”.

Países como Grecia y Portugal incapaces de hacer frente a la deuda con los bancos de los capitalismos centrales, fueron directamente intervenidos por la Troika. Sus presupuestos públicos han sido expropiados para pagar a los bancos acreedores y han sufrido salvajes planes de ajuste y contrarreformas.

En el caso español, los gobiernos actuaron (como siempre) al dictado de la UE y la Troika. La crisis desatada en el 2008 ha profundizado la dependencia exterior, destruido parte del tejido productivo, aumentado la desigualdad social, la precariedad y con ella la pobreza.

“Tortura los números y lo confesarán todo” es una frase atribuida a Winston Churchil, el que fuera Primer Ministro británico. Pero por más que los torturan para que confiesen que estamos ya en la recuperación económica, no pueden tapar que el índice de pobreza y desigualdad en España solo se ve superado en Europa por Turquía.

II.1. Desempleo y precariedad

Los niveles de desempleo duplican los que hay en Europa. Se sitúan en el 15,28% de la población activa, 3,49 millones de personas que no tienen trabajo (Encuestas del CIS) o 3,25 millones según el SEPE. Un desempleo mayoritariamente femenino (ver recuadro).

Por Comunidades Autónomas sigue siendo Andalucía quien encabeza esta siniestra estadística: 815.452, Comunidad Valenciana 372.093; Madrid 351.797 y Canarias 208.101. Oficialmente la protección de los/as desempleados/as se situaba en el 56,6%, un dato que no es real pues toma la estadística de los desempleados/as registrados en las Oficinas Públicas de Empleo (3.254.703 personas, en septiembre de 2018) y no de la de Encuesta de Población Activa (EPA). La protección frente al desempleo registra, de nuevo, la brecha de género. En septiembre, la tasa de cobertura de las mujeres (52%) es once puntos inferior a la de los hombres (63%). Entre 2010 y 2017 el gasto en prestaciones por desempleo se ha recortado a la mitad (-46%) bajando desde 32.238 millones (2010) a 17.474 millones.

Reflejo de esa precarización general es que en septiembre de 2018 el 55% eran prestaciones asistenciales y solo un 45% contributiva. El carácter crónico del desempleo se expresa en esta caída de la prestación vinculada a la contribución por trabajo. Valga este dato para corroborarlo: en septiembre carecían de prestación 1.490.934 personas en paro registrado en Oficinas
Públicas de Empleo y 1.711.575 personas percibían alguna prestación (997.329 cobraban un subsidio, la Renta Activa de Inserción –RAI o el Programa de Activación para el Empleo (PAE) y solo 714.246 la prestación contributiva). Añádase como factor de empobrecimiento que la prestación contributiva media por beneficiario se situaba en 808 euros mensuales.

El desempleo baja, dicen, pero en realidad no es más que un artificio contable: un contrato de 1 hora de trabajo hace que saltes de la categoría de parado/a a la de empleado/a. De los 12,9 millones de contratos firmados desde enero hasta el pasado mes de julio, 3,45 millones duraron menos de una semana (según datos del Ministerio de Trabajo). Eso representa el 26,7% de los contratos firmados.

En medio de tanta precariedad, un solo día del mes marca la diferencia entre el éxito de la cifra record de empleo y el estrepitoso fracaso de la marca histórica de destrucción de puestos de trabajo. Valga como muestra el reciente dato (3/09/18) de la Seguridad Social: “31 de agosto de 2018: el día que más empleo se destruyó en la historia en España (El País 4/09/18).

El último día del mes de agosto, en la Seguridad Social se dieron de baja 363.017 afiliados/as y sólo 58.375 de alta. El saldo neto: 304.642 empleos menos, el récord histórico para una sola jornada.

La EPA confirma la precariedad del empleo generado en la recuperación: entre el tercer trimestre de 2013 y de 2018 se han creado 2,3 millones de empleos, todos empleos asalariados (2,3 millones) y la mitad, temporales (1,1 millones), lo que explica el
repunte de la tasa de temporalidad hasta el 27,4% y 4,5 millones de personas con contrato temporal.

El trabajo a jornada parcial creció durante la recesión y ha pasado de concentrar el 11% del empleo asalariado (3t2007) al 15%
(3t2018).

II.2. El subempleo

La llamada recuperación económica ha puesto más en evidencia el signo de los tiempos, el crecimiento del subempleo.

Detrás del carrusel de cifras, de altas y bajas se haya los 14,52 millones de contratos que se han firmado desde enero hasta agosto de este año.

El pasado año terminó con nada menos que 21,5 millones de contratos registrados, el 90% de ellos temporales.

Así pues, lo que aumentó con la “recuperación económica” no fue el empleo sino la precariedad y, como ahora veremos, la caída de los salarios. Hay estudios que señalan que si se suman los/as parados/as, los/as trabajadores/as a tiempo parcial involuntario y los temporales involuntarios, la cifra de subempleo alcanzaría el 41,9% de la mano de obra, alrededor de los nueve millones de personas.

II.3. Caída de salarios

El Índice de Precios de Trabajo (IPT) que publica el INE, recoge una caída real de los salarios del 8,6% entre 2008 y 2016. Otras fuentes sitúan esa cifra en torno al 12%. Aún y así, es un dato muy poco fiable.

En primer lugar, porque el efecto de la inflación y la carestía de la vida (en especial los productos básicos y la energía), son el cáncer de los salarios y el dato dado mide la caída en términos absolutos y no relativos.

En segundo lugar, los contratos a tiempo parcial marcaron un record histórico, son ya 2,89 millones de personas (2º Trimestre 2018, EPA) los que trabajan a tiempo parcial (el 60% de esos contratos explícitamente no deseados). Ese solo hecho entraña de por sí una bajada de la masa salarial que se ingresa.

En tercer lugar, porque el trabajo a tiempo parcial no es ni mucho menos el único medio de rebajar los salarios, se reducen también por la vía de bajar las categorías profesionales, pese a realizar trabajos superiores.

Hay, por último, otro mecanismo recurrente de bajada de salarios. Con la inestimable colaboración de la burocracia sindical, se firman convenios donde a cambio” de empleo se reducen salarios. Las últimas negociaciones de convenio del sector del automóvil son, lamentablemente, modélicas en este sentido. Con escasas excepciones, han sido convenios acordados con recortes y congelación salarial, junto con las dobles o triples escalas salariales, que reducen más aún el salario para las nuevas contrataciones.

La propuesta del actual gobierno de subir el SMI a 900 € mediante Decreto-Ley, aún siendo un aumento significativo del mismo, no soluciona el problema de la precariedad salarial, porque no aborda el problema de base, la derogación de las Reformas Laborales que son las que provocan esta caída de los salarios. La medida acaba finalmente siendo insuficiente y afectando a un número muy reducido de trabajadores/as. En estos momentos, el objetivo tendría que ser un salario mínimo de 1.500€ brutos, para tener un salario digno de 1.200€ netos, solo así podremos conseguir unas condiciones de vida digna.

En términos de empleo y salarios, en el Estado español ya se produce lo mismo que antes de la crisis, pero con 2,3 millones de trabajadores/as menos y con un gasto de 30.000 millones menos en salarios.

Las empresas (en particular la industria) son, pues, más competitivas (producen lo mismo con menos trabajadores/as). Es decir, explotan más a la fuerza de trabajo (pagan menos salarios por jornadas laborales más intensas) y obtienen así mayores beneficios.

II.4. Aumento de la pobreza

La crisis ahondó la desigualdad y uno de los datos es el crecimiento de la pobreza en un sector de la población, incluyendo trabajadores/as en activo. Ser trabajador/a con trabajo y pobre de solemnidad son cosas cada vez más compatibles, la pobreza no está asociada tan solo al desempleo.

Según el informe 2008-2018 que realiza la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, en el año 2017 en España, un total de 12.338.187 personas, que suponen el 26,6 % de la población residente en España estaba en Riesgo de Pobreza y/o Exclusión Social. En esa cifra de personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social hay 6,4 millones de mujeres y 5,9 millones de hombres. Una pobreza que tiene a los/as jóvenes menores de edad (hasta 16 años) a la franja más grande de afectados.

Un dato revelador sobre la pobreza son los desahucios. Los desahucios no han dejado de producirse aunque no ocupen mediáticamente el espacio de antes, salvo cuando una mujer se suicida cuando llega la comisión judicial a realizar “el lanzamiento”. Del 2013 al 2017 hubo 326.430 desahucios, más de 60.000 al año, es decir 164 desahucios diarios (casi 7 a la hora).

En lo que si ha habido “cambios” es en dos cosas: primero, la causa de los desahucios cada vez más es por alquileres impagados. Y la segunda es el papel de los llamados fondos de inversión, a los que los bancos les han vendido los “activos tóxicos”, paquetes de deudas hipotecarias. Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell… han ido deshaciéndose de sus deudas con el ladrillo, traspasando su legado tóxico a fondos buitres.

¿Quiénes son esos grandes fondos de inversión que se están convirtiendo en las grandes inmobiliarias del país? Fundamentalmente
son fondos estadounidenses, como Blackstone, Cerberus, Apollo, HIG Capital1, que fueron desde el 2013 comprando a los grandes bancos parte de su negocio inmobiliario, incluido la compra al Sareb (el llamado Banco malo). Estos fondos ejercen una brutal presión con sus deudas hipotecarias sobre las familias con dificultades. El negocio de estos fondos no reside en cobrar esas deudas, sino en desalojar a los/as inquilinos/as para disponer de los inmuebles y son los que están detrás de los grandes procesos de gentrificación en determinados barrios de las grandes capitales y la expulsión de sus habitantes a otros lugares.

II.5. EL Ejemplo de las pensiones

Las pensiones son un claro ejemplo del crecimiento de la desigualdad y con ella de la pobreza de sectores enteros de la clase obrera.

Han vendido a bombo y platillo la subida de las pensiones, y tras el Acuerdo PSOE-Unidos Podemos, presentaron como un nuevo éxito que este acuerdo “garantizarᔠque la subida será igual al IPC. Pero eso no es cierto que quede garantizado para el futuro ni soluciona ninguno de los problemas centrales que están planteados y dieron lugar a las protestas de los/as pensionistas.

Lo primero, porque la subida del IPC ¿qué poder adquisitivo garantiza a dos millones de pensionistas que ganan entre 150€ y 500€ al mes? El problema es que seis millones y medio de pensionistas cobran una pensión que no llega a los 1.000€ y eso no se resuelve con el IPC. Hay que recordar que una de las reivindicaciones centrales de la lucha de los/as pensionistas es la pensión mínima de 1.084 €, una reivindicación que no está en el Acuerdo. Lo segundo, es que fue el propio PSOE, cuando estaba en la oposición, quien presentó una enmienda para derogar el factor de sostenibilidad de las pensiones. También lo hizo Unidos Podemos. Sin embargo ahora, en el Acuerdo firmado, no se menciona el “factor de sostenibilidad”, cuya aplicación está postergada pero no ha sido suprimido. Así pues, ni tan siquiera subir las pensiones según el IPC está para nada garantizado en adelante.

Lo tercero, es que el Acuerdo citado se da en el marco del Pacto de Toledo, el responsable de que las pensiones dejaran de estar garantizadas por los Presupuestos Generales del Estado y se abriera el melón de las pensiones privadas, un gran negocio para los bancos, aseguradoras y la burocracia de CCOO y UGT.

Hay que recordar que fue con los gobiernos del PSOE desde donde se llevaron a cabo los ataques y recortes más drásticos contra el Sistema Público de Pensiones. Fue en 1985, con el gobierno de Felipe González, cuando se aprobó la primera gran bajada de las pensiones públicas. La Ley 26/1985 de Pensiones bajó estas prestaciones mediante dos medidas: la primera, aumentando el periodo de cálculo que pasó de 2 a 8 años. La segunda, aumentando de 8 a 10 años el tiempo cotizado necesario para cobrar una pensión.

La segunda gran bajada fue mediante los Pactos de Toledo, en 1995 y de nuevo bajo el gobierno de Felipe González. El período de cálculo pasaba de 10 a 15 años y las pensiones dejaban de estar garantizadas por los Presupuestos Generales del Estado (PGE).

En el 2010, el gobierno Zapatero, en uno de sus muchos viernes negros, aprobaba una nueva rebaja de las pensiones mediante la congelación de las pensiones (la primera congelación de las pensiones públicas en España). Un año después, en base al acuerdo CEOE-UGT-CCOO, el Gobierno Zapatero retrasaba la edad de jubilación de los 65 a los 67 años y aumentaba los años para el cálculo de la pensión, siendo necesarios para cobrar el 100% de la pensión pasar gradualmente de 35 a 38,5 años cotizados.

Expresión de la creciente desigualdad y pobreza es que el número de personas mayores de 65 años en riesgo de pobreza (ingresos menores de 8.000 euros al año para hogares con un solo miembro) creció en los últimos dos años más de un 17%. La estadística oficial (junio 2018) reconocía en esa situación de riesgo de pobreza a más de un millón de personas de más de 65 años.

En el caso de la brecha de género en las pensiones y el empobrecimiento, las pensiones de viudedad (98% mujeres) es el más notable y escandaloso.

Vendieron a bombo y platillo la subida de las pensiones de viudedad y en realidad la mísera subida afecta tan solo a 400.000 de las 2,36 millones de pensionistas por viudedad.

La deuda pública y privada triplica el PIB; se mantiene la absoluta dependencia energética, así como la dependencia de la inversión extranjera en los diversos sectores, y todo ello cuando se acaba el dinero barato y las “ayudas” de la UE.

El Banco Central Europeo resolvió poner fin a la compra de deuda a partir del 2019. Este tema es crucial, primero porque buena parte de la cacareada “recuperación económica” se ha sustentado en la política monetaria del BCE, que desde el 2015 compró a través del Banco de España 235.000 millones de euros de deuda pública. Así pues se acabó el dinero barato y la compra de deuda, justo cuando se anuncia la subida de los precios del petróleo, la inflación, y la deuda pública se sitúa en torno al 100% del PIB.

La desindustrialización, que se profundizó en estos años y que depende por completo de las patentes foráneas. Un buen ejemplo de la dependencia es la industria del automóvil. La fabricación de vehículos y componentes representan en España el 10% del PIB. España ocupa el segundo puesto en Europa como fabricante, solo por detrás de Alemania y es el octavo productor mundial con tres millones de unidades/año. Exporta el 85% de la producción.

Hay en todo el Estado español 17 factorías enormemente modernizadas.

Sin embargo, no existe ni una sola marca española de automóviles, todas las patentes son norteamericanas, alemanas o francesas, ni una sola tiene capital español.

Hay datos que indican este retroceso en todo el tejido productivo (ver en estos días La Naval o Alcoa), que genera la dependencia y muestra el rol periférico que la UE le asignó a la economía española. El turismo sigue representando la principal fuente de ingresos, en el 2017 aportó el 14,9% del PIB. El sector turístico genera 2,56 millones de puestos de trabajo, más de lo que era el empleo en la construcción durante los años del boom inmobiliario. Sin embargo justamente es el sector más dependiente y voluble. La misma estructura laboral refleja esta dependencia, la precariedad y los salarios de miseria. La coyuntura internacional de las dos últimas décadas les dio mucho oxígeno pero esa tendencia se invierte y ya este año se produjo una reducción del turismo.

Celebramos el IVº Congreso con un “nuevo gobierno”, el del PSOE presidido por Pedro Sánchez. Y, como hemos dicho muchas veces y gritamos en las manifestaciones, cuando se llega al gobierno hay dos opciones: o se gobierna para los que mandan, la gran patronal y la Europa del capital, o se hace para la clase obrera. No hay medias tintas.

Y los gobiernos que se suceden (PSOE, PP o PNV, PDeCAT, en las nacionalidades) en la medida que no traspasan los límites que les dictan la Unión Europea, el IBEX 35 y la Monarquía, se limitan a aplicar, con mejor o peor “talante”, políticas antiobreras y antidemocráticas Por eso, no tienen empacho alguno en desdecirse de las promesas que hacían cuando eran oposición. Agitaron (con justa razón) contra los Presupuestos Generales, por antisociales, pero se los “comieron con patatas”, como les anunció Rajoy. Prometieron derogar la Reforma Laboral última del PP (sobre la suya, la de Zapatero, ni hablaron) y todo se quedó en aquello que afirmara la Ministra de Trabajo: “La Reforma Laboral no se puede derogar alegremente”. El reciente Acuerdo firmado por el PSOE con Unidos.

Podemos mantiene las reformas laborales. Dijeron que derogarían la Ley Mordaza y ahí sigue esa ley policial que ha recaudado (desde el 2015 hasta diciembre de 2017) 270 millones de euros en multas.

Los cambios padecidos con la modificación de la Constitución en su artículo 135 al empezar la crisis se fueron desarrollando en leyes como la 2/2012 actualizada con la ley 6/2018 que concretaba las amenazas de la Troika a todo Ayuntamiento o Comunidad Autónoma que no obedezca los límites que impone en el déficit en sus Presupuestos. Son amenazas durísimas, de sanción y de disolución al gobierno municipal o autonómico que desobedezca por querer priorizar las urgentes necesidades sociales frente al déficit. Las ayudas a la banca y pagar la deuda son lo prioritario, y ello nos obliga a debatir con claridad lo que son los tratados internacionales de la UE que impiden la soberanía y la democracia, especialmente para el futuro de los países del sur de Europa, los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España). Todo presupuesto que aprueba el Parlamento debe ser enviado a Bruselas, así no tenemos soberanía. Sin banca pública, ni emisión de moneda como instrumento ante las crisis, sólo tenemos chantaje de la UE y devaluación salarial.

La continuidad de esas leyes tiene consecuencias muy graves para las familias obreras, para los/as jóvenes, pensionistas… Ahí están los datos que señalamos anteriormente de desempleo, precariedad, salarios de miseria, desahucios… Tanto el gobierno de Rajoy como el de Sánchez lograron sortear sus debilidades con el apoyo, bien pagado, de las burocracias de CC.OO y UGT. Por eso, no pueden depositarse falsas ilusiones en estos gobiernos, ni librar toda la suerte de la clase obrera a elecciones que vienen trucadas de antemano con una ley antidemocrática y preconstitucional. Ni vale asustar con que “viene el lobo” (Vox o quien toque) para solicitar cerrar filas en torno a los de siempre. La clase obrera estamos obligados/as a encontrar una vía independiente como clase frente al actual desastre social. Por eso, como gritamos en las manifestaciones, gobierne quien gobierne, los derechos se defienden.

En el período que media entre el IIIº y el IVº Congreso de nuestro sindicato, las luchas obreras, en general, siguieron siendo muy localizadas. Según el informe de la CEOE (septiembre de 2018) hubo 336 huelgas laborales en los ocho primeros meses del año actual. Menos huelgas que en el 2017, aunque implicaron a más trabajadores/as y más horas de trabajo perdidas.

Hay sin embargo que incluir aquí algunos hechos muy importantes, como fue la Huelga General del 8 de marzo. La respuesta histórica más masiva a la lucha por la igualdad de derechos, contra el machismo y hecha desde la propia clase obrera, pese a los diferentes empeños para que no fuera así. Tampoco faltaron movilizaciones de profundo calado social, como la de los/as pensionistas, que fueron un factor de primer orden en el desgaste del gobierno Rajoy y que arrancaron algunas medidas, como romper el vergonzoso 0,25%.

También hubo importantes movilizaciones de tipo democrático, como fueron las manifestaciones por los jóvenes de Altsasu o contra la sentencia de La Manada, lo que incluyó un importante paro de los/as jóvenes de Institutos.

En este sentido destaca especialmente Cataluña, en general por las masivas movilizaciones, pero muy particularmente por la Huelga General del 3 de octubre contra la represión. Cerca de 10 millones de horas de huelga para el 3 de octubre y el 25 y 26 los/as estudiantes, fueron el 94% de las horas perdidas en huelga durante ese mes en toda España. En otro terreno social hay que recordar también la huelga de taxistas en este pasado verano.

El cuadro general para el que nos preparamos en el próximo período no augura ni estabilidad política ni mejora en las condiciones de vida y trabajo.

Las huelgas y luchas van a seguir, y previsiblemente yendo a más, como auguran los conflictos abiertos. Valgan como ejemplo los conflictos en Alcoa, Ryanair, Correos, Amazón; Bomberos, Personal de Atención Primaria, Itínere (trabajadores/as de autopistas), Smatsa (Sabadell), Temporales de la Administración Pública o los conflictos de médicos, bomberos y estudiantes en Cataluña.

Sin embargo, sigue habiendo una gran distancia entre la profundidad de la crisis y el tamaño de la respuesta obrera. En la medida en que la clase obrera no ocupe el centro del escenario social y político, estamos condenados/as a seguir profundizando en el deterioro de las condiciones materiales de existencia, en el recorte de las libertades y en el desarrollo de las tendencias xenófobas y del nacionalismo más rancio, el nacionalismo español.

Ese es el cuadro que puede propiciar que el descontento social se manifieste vía explosiones o rebeliones sociales, y tendrán a las llamadas clases medias pauperizadas o sectores populares a la cabeza de las mismas. Si se da ese escenario, la batalla nuestra será por incorporar a la clase obrera a esa lucha, bajo sus propias banderas y métodos de acción. A eso tenemos que contribuir co.bas, así sea con toda la modestia de nuestras fuerzas. Porque lamentablemente, si no es así, si las luchas sociales no tienen más salida que el ser reconducidas al terreno electoral, con unas leyes y una instituciones antidemocráticas ya desde el origen, el futuro abre mas vías a la aparición de fuerzas reaccionarias, como se está viviendo en toda Europa o ahora en Brasil.

Frente al miedo y la resignación, frente a la indefensión aprendida, frente a las presiones por querer solucionar los problemas de los/as trabajadores/as encerrados en las cuatro paredes de cada empresa y judicializando la vida sindical; frente a las presiones de los/as teóricos del “pragmatismo”, que no esconden más que el oportunismo y la acomodación social de la burocracia sindical o los/as aspirantes a serlo, Co.bas reafirmamos, que el SINDICATO ES PARA LUCHAR y seguimos reafirmando que LA LUCHA ES EL ÚNICO CAMINO. Que no hay salida si ésta no se construye, y que esa salida comienza por volver a recuperar la movilización obrera y popular. Empresa a empresa o sector a sector no hay salida a la actual situación.

Hace ocho años ya co.bas decíamos:

«El capitalismo solo salió de la grande depresión del 29 mediante una guerra mundial que destruyó un continente entero y 60 millones de vidas humanas.

Hoy en un marco muy diferente y con la supremacía militar indiscutible de una sola potencia, la guerra se prepara como confrontación global en otro terreno, el de la guerra social contra los trabajadores y los pueblos. Se trata de desmantelar todas las conquistas sociales, arremeter tanto contra el salario directo como contra el diferido, el llamado salario social y desregular
las condiciones de trabajo para por esa vía recuperar de nuevo la tasa de ganancia.

Los propagandistas del sistema repiten como letanía la inevitabilidad de las medidas adoptadas(…) El sindicalismo de clase debemos levantarnos contra esa permanente falsedad (…) Nosotros decimos que sí hay solución a la crisis, que hay medidas para salir de este agujero infernal al que nos han condenado, pero esa solución exige medidas resueltamente anticapitalistas que den salida al drama que se está viviendo en millones de hogares y coloquen los cimientos de un nuevo sistema social abriendo el camino a un sistema socialista basado en la democracia obrera”

(Por una salida anticapitalista a la crisis, IIº Congreso estatal de co.bas, 22 y 23 de octubre de 2010).

Los hechos de la realidad de esta llamada crisis-estafa, nos reafirman, como hemos señalado anteriormente, en que la clase obrera estamos obligados/as a encontrar una vía independiente como clase frente al actual desastre social. Estamos obligados/as a luchar por una salida anticapitalista a la crisis, comenzando por exigir del gobierno de turno que se lleve a cabo el único plan de rescate que está faltando, el rescate de los/as trabajadores/ as y el pueblo.

Por eso, seguiremos luchando por un plan de medidas obreras y democráticas para salir de la crisis, que incluya:

Medidas sociales

► Derogación de las reformas laborales (la del PP y las del PSOE).

► La defensa de lo público (sanidad, educación y servicios sociales 100% públicos).

► Sistema Público de Pensiones. Como se señala en la plataforma reivindicativa de la Coordinadora Estatal en Defensa del Sistema Público de Pensiones (1.084 euros de pensión mínima y pensiones garantizadas por los Presupuestos Generales del Estado);

► La reforma de las Administraciones públicas, garantizando que los/as trabajadores/as que están se quedan; remunicipalización de los servicios públicos privatizados; que se recuperen los puestos de trabajo perdidos desde el 2008, sacando a oposición pública todas esas plazas así como las que vayan quedando vacantes por jubilación, fallecimiento o incapacidad laboral.

► No más desahucios, expropiación a los fondos buitres y la banca de las viviendas acaparadas con la crisis y constitución de un parque público de viviendas de alquiler social.

► Contra los tarifazos, Nacionalización de las industrias energéticas claves y de la Banca. El poder financiero ha sido el origen de las crisis. El Banco Central Europeo, es un ejemplo claro de banco monetarista. Es por eso que hay que cuestionar los pilares centrales del actual sistema monetario y financiero.

Hace falta que la banca sea totalmente pública; hace falta que los bancos centrales dejen de ser independientes y controlados por la banca privada, deben estar bajo mandato político y democrático; es necesario eliminar la especulación financiera, hace falta que la política monetaria y cambiaria se vuelva una política en favor de las clases populares y trabajadoras en vez de una política que garantice la estabilidad y la movilidad del capital.

► Suspensión del pago de la deuda que contrajeron los banqueros y sus gobiernos y que se está pagando con la miseria y el hambre de los/as trabajadores/as y el pueblo. Hace falta recuperar soberanía monetaria.

La restricción fiscal actual es impuesta políticamente pero no tiene justificación científica, más allá de favorecer los intereses del gran capital.

Sin las restricciones propias de funcionar con una moneda extranjera (euro), el gobierno se vería liberado para financiar proyectos necesarios por la reactivación económica.

La auditoría de la deuda ilegitima tiene que contribuir a este proceso de no pagar la deuda.

Recuperar la lucha por la reforma agraria

El campo andaluz viene sufriendo un proceso acelerado de desmantelamiento que afecta al conjunto de su actividad productiva, y que se inicia a partir de la entrada en UE en 1986. Para que este acuerdo prosperase debía de contar con la aprobación del latifundismo andaluz, de ahí que la UE para evitar una colisión y obtener su aprobación de cara a la integración pacífica, desplegó el sistema de ayudas de la PAC, que estaba condicionado al número de hectáreas, sin ningún criterio productivo. (Casa de Alba recibe 2,9 millones de euros al año). De esta manera, la burguesía latifundista dio su visto bueno al modelo de la UE, fortaleciendo el carácter parasitario de este sector de la burguesía.

Las consecuencias más graves de este modelo la sufrieron los/as medianos/as y pequeños/as agricultores/as, que ven como sus explotaciones desaparecen a una velocidad de vértigo.

Un informe realizado por la agencia EUROESTAT revela que el 3% de las explotaciones controla el 51% de la tierra, mientras que el 81% de los pequeños agricultores posee tan solo el 14% de la tierra agraria.

A otro nivel, el eslabón más débil no es otro que los/as Jornaleros/as, que son junto con los/as pequeños/as agricultores/as, (representa) la parte más damnificada del proceso de “integración económica”. La expresión de este drama se encuentra en los salarios de miseria (s), pensiones que de media alcanzan 580 en 2013, generalización del trabajo a destajo, y un sinfín de irrregularidades.

Abordar una salida de fondo para el campo andaluz significa recuperar una reivindicación histórica y democrática como es la lucha por la Reforma Agraria.

Por una Reforma Agraria:

1) Ruptura con el modelo restrictivo basado en los cupos impuesto por la UE. Basta de penalizaciones y sanciones a los/as agricultores/as que emplean la tierra con un criterio productivo.

2) Los fondos públicos de la PAC, que supone cerca del 80% de presupuesto de la UE, no puede destinarse a los/as latifundistas parasitarios/as, sino que ha de regirse con un criterio productivo y partiendo de los sectores con más dificultades como son los/as pequeños/as agricultores/as.

3) Ley que regule la política de precios. Los precios han de ser públicos y transparentes para evitar abusos.

4) Expropiación de todos los latifundios baldíos. Ni un euro más a los/as terratenientes parásitos/as que no producen y se llenan los bolsillos con millones de euros que la UE les inyecta mediante la PAC.

5) Creación y desarrollo de industria de transformación. Para ello, hay que enfrentar las restricciones de la UE, que adjudican a Andalucía un papel de suministradora de materias primas.

6) Por un plan de emergencia social para l@s jornaler@s:Peonadas 0 para cobrar el subsidio y la renta agraria. Abajo el requisito actual de 35 peonadas.

Equilibrar la renta agraria y el subsidio actualmente en 424€ al SMI.

Actualmente las pensiones del campo disponen de una de las bases reguladoras más bajas, teniendo de media pensiones de 580€. Basta de discriminación, subida de las pensiones al mínimo de 1084€ y a cargo de los Presupuesto Generales del Estado.

No al trabajo a destajo, respecto a la jornada laboral. Por la reposición de los 15 minutos del bocadillo entregados por CCOO a la Patronal en el actual convenio.

Basta de expulsar a las jornaleras de las cuadrillas.

En defensa de las libertades democráticas:

  •  Libertad de todos/as los/as presos/as políticos/as y luchadores/as sociales.
  •  Derecho de los pueblos a decidir.
  •  Derogación de la Ley Mordaza.
  •  Amnistía para los/as jóvenes de Altsasu.
  •  Referéndum Monarquía vs República.
  •  Fuera los/as jueces y fiscales simpatizantes del franquismo. Deben ser inmediatamente depurados todos/as los/as culpables de absolver a torturadores; emitir sentencias machistas, anticatalanes furibundos y compinches de banqueros. Los/as jueces y fiscales deben ser elegidos/as directamente por el pueblo, que los debe poder revocar ante actuaciones irregulares. Del mismo modo, el sistema de jurado popular debe ser generalizado, acabando con el despotismo de los/as jueces.

Contra toda forma de opresión:

Contra el machismo:

  • Pensiones mínimas de 1.084 euros e iguales para todos y todas.
  • Permisos de maternidad y paternidad iguales e intransferibles y pagadas al 100%.
  • Políticas activas de empleo para las mujeres.
  • Ley urgente y obligatoria de igualdad salarial, con planes de igualdad obligatorios en todas las empresas y en la Administración Pública.
  • Establecimiento, por ley de emergencia, de Educación Pública y gratuita desde los 0 años.
  • Mientras no sea posible concretar de manera general en todo el Estado esa red pública y gratuita de escuelas de 0 a 3 años, exigiremos la obligación de todas las empresas de más de 250 trabajadores/es de establecer guarderías para los hijos/as de los empleados/as.
  • Plan de construcción y habilitación de Centros de Día y Residencias para la atención de mayores y personas dependientes.
  • Remunicipalización y ampliación de las plantillas para la atención a domicilio.
  • Junto con estas reivindicaciones, defendemos otras por derechos democráticos de las mujeres, que en los últimos años toman cada vez más importancia, porque se recrudece la violencia de todo tipo hacia la mujer:
  • Por más recursos para prevenir la violencia machista y proteger a quienes la sufren.
  • Derecho para todas al aborto libre, seguro y gratuito y a cargo de la Seguridad Social.
  • Fuera la religión de las aulas y obligación de impartir educación sexual y valores de igualdad como asignatura curricular.
  • Cierres de los CIES.
  • Derogación de la Ley de Extranjería.

Contra la UE, por una Europa de los/as trabajadores/as y los pueblos, la defensa del medio ambiente como parte de su programa de acción.

El sistema capitalista global está impactando como nunca antes en la historia humana sobre los equilibrios naturales. El uso masivo de energías y materiales no renovables, la contaminación de suelos, aire y agua o la destrucción de hábitats nos han llevado a que estemos viviendo las primeras etapas de un verdadero colapso ecológico. Algunos índices que nos alertan sobre esta realidad son el cambio climático, la masiva pérdida de biodiversidad, la mengua de recursos energéticos o la pérdida de fertilidad de los suelos.

Este colapso ecológico también distingue entre clases sociales. Es la población que menos contribuye a esa degradación ambiental, la clase trabajadora y los sectores populares, quienes más duramente pagan y pagarán las consecuencias. En definitiva, la burguesía y los ricos siempre podrán vivir en entornos seguros y no contaminados, y quienes podrán pagar por los recursos energéticos y materiales crecientemente escasos. Por el contrario, la clase trabajadora y el pueblo pobre son quienes quedan atrapados en entornos severamente contaminados y quienes tienen dificultad de pagar por los recursos, sufriendo la escasez. Son los países imperialistas quienes absorben los recursos, mientras los países económicamente colonizados reciben los desechos.

Desde el sindicato co.bas pensamos que la lucha por conservar el medio ambiente es indisoluble de la batalla por acabar con el capitalismo. El capitalismo, como sistema económico es un sistema de producción para la ganancia de una minoría, la clase burguesa. La producción para la ganancia está por encima de cualquier otro criterio de justicia social o sostenibilidad ambiental. En su búsqueda de multiplicar el beneficio privado, intenta acelerar el ciclo de producción-consumo-desecho, tomando de la naturaleza muchos más recursos de los que se pueden renovar sosteniblemente, y saturándola de desechos. Un dato mide esta realidad: la huella ecológica de la economía española es hoy unas tres veces mayor que su biocapacidad. Ese déficit se compensa bien saqueando los recursos naturales de países empobrecidos, bien se paga en degradación ambiental en nuestro propio territorio.

Cualquier regulación ambiental es un estorbo para la producción capitalista, y por tanto se combate o se deja sin efecto. Quizá el ejemplo más emblemático son los intentos de regular las emisiones de efecto invernadero: tras más de 25 años de cumbres y regulaciones internacionales las emisiones no han dejado de crecer, alcanzando su máximo histórico en la actualidad. Bajo el capitalismo, jamás podrá ser de otra forma: limitar según criterios de sostenibilidad la economía significaría entorpecer o bloquear la acumulación de capital.

La lucha ecologista suele pensarse únicamente a través de cambios “educacionales” o “de consumo”. Esa tarea educacional es muy importante, pero sin restar importancia a esos aspectos, desde el sindicato co.bas pensamos que el sindicalismo es una pieza clave, ya que en realidad es en la producción cuando el grueso de los impactos ambientales se producen, independientemente de cómo elija consumir la población. Valga como ejemplo decir que sólo 10 grandes empresas concentran el 28% de las emisiones de efecto invernadero en el Estado. O que sólo el 12% de los residuos sólidos, el 15% del agua y el 10% de la energía se consumen en los hogares. Incluso los vehículos privados sólo representan el 15% del gasto energético, frente al 45% que suman industria, agricultura y sector servicios.

Los capitalistas son quienes dirigen actualmente la economía, pero es la clase trabajadora quien la sustenta en la práctica. Esa posición clave erige a la clase trabajadora como la única fuerza social capaz de cambiar la economía, a condición de que la expropie de sus actuales dueños, tomando su organización en sus propias manos. Hay multitud de ejemplos en la historia de las luchas sindicales que lo muestran.

Haciendo un breve recorrido por nuestra propia historia encontramos numerosos ejemplos donde el movimiento obrero, casi siempre en alianza con movimientos sociales, han jugado un papel determinante en cuestiones ambientales. Ya en 1888 encontramos el ejemplo de la huelga y revuelta de los mineros de Riotinto (Huelva), junto a los agricultores y vecinos de la zona, en protesta contra las “teleras” de las minas que contaminaban por igual la tierra de labranza como los pulmones de los trabajadores. Otro ejemplo bien conocido es cómo durante la transición, el movimiento obrero en alianza con las Asociaciones de Vecinos, consiguió determinar cómo se configuraban los barrios, consiguiendo zonas verdes, mejores equipamientos y viviendas de mejor calidad. Para terminar, y no hacer una lista demasiado larga, podemos también mencionar la postura de los estibadores vascos que se negaron a descargar el material para las obras de la central nuclear de Lemoiz. Internacionalmente también se encuentran numerosos ejemplos, como el de Chico Mendes y el sindicato de trabajadores del corcho en Brasil que lucharon contra los terratenientes y la deforestación del Amazonas o el de los sindicatos de la construcción australianos, que aplicaron las “prohibiciones verdes” para negarse a desarrollar obras que atentaran contra el medio ambiente o la calidad de vida de los vecinos.

Todos estos nos parecen ejemplos que muestran cómo el sindicalismo tiene una responsabilidad de primer orden en la conservación ambiental. Lamentablemente, la práctica sindical mayoritaria tiene hoy una visión completamente distinta,
adaptándose a la lógica del capitalismo, defendiendo una imposible reconciliación entre “competitividad empresarial” y “sostenibilidad”. E igualmente es justo decir que desde el sindicalismo combativo aún debemos desarrollar nuestra
postura al respecto. Para intentar avanzar en ese sentido es que planteamos esta resolución.

Apostamos por un sindicalismo que integre la defensa del medio ambiente como parte de su programa de acción, luchando por ubicar a la clase trabajadora en alianza a los movimientos sociales, a la cabeza de dicha tarea.

Rechazamos la falsa dicotomía entre empleo y sostenibilidad. Vinculamos el desarrollo de planes de reconversión ecológica (en campos como la energía, la movilidad, la industria, el sector primario o los servicios…) que absorban a
quienes dejen su puesto en sectores dañinos, y creen más empleo aún.

En defensa de las condiciones de vida de la clase trabajadora, el pueblo pobre y los países económicamente colonizados, rechazamos el capitalismo cuya lógica de maximizar el beneficio privado a toda costa, nos aboca al colapso ecológico.
Defendemos el control obrero y democrático de la economía. Necesitamos una economía al servicio de las necesidades sociales y la sostenibilidad ambiental.

Será tarea de la Coordinadora Estatal saliente ayudar para que esta tarea se aplique y desarrolle en la vida cotidiana del sindicato en los distintos territorios y empresas.

VI.1. En defensa de lo público.

Defender el empleo público es defender el patrimonio de las trabajadoras y los trabajadores, los de antes, los de ahora y los que vendrán.

Las agresivas políticas liberales continúan desmantelando los servicios públicos para entregárselos al capital privado. Los sucesivos gobiernos estatales con la ayuda inestimable de los gobiernos autonómicos han puesto en práctica políticas para vaciar los servicios públicos de recursos materiales y humanos.

Primero fueron las escandalosas privatizaciones de las empresas públicas y luego las externalizaciones, las concertaciones, las encomiendas…

Paralelamente ponen en práctica medidas que reducen los derechos del personal de las administraciones; cuatro congelaciones y dos bajadas de salario, empleos precarios —también hay trabajadoras y trabajadores pobres en la Administración—.

Esta política de vaciar de personas los servicios públicos, ha estado acompañada de constantes recortes en recursos materiales, algunos de ellos indispensables, lo que ha mermado significativamente el servicio que debe hacerse a la ciudadanía. El objetivo buscado imponer el relato de que los servicios públicos son deficientes y caros, cuando está harto comprobado que las empresas privadas ofrecen peores servicios y más costosos.

Estas políticas de personal afectan directamente a la calidad de los servicios públicos, que es el patrimonio de todas, debilitan un sector que ha dejado de ser combativo, al perder derechos, al perder estabilidad y al estar muy dividido por desiguales condiciones de trabajo.

Defender el empleo público, recuperar lo perdido:

►A igual trabajo igual salario. Acabar con la precariedad.

► Acabar con la brecha salarial, la media en las administraciones públicas es del 19%, que llega hasta el 27,23% en la Sanidad, sector en el que las mujeres representan el 74,28% de la plantilla.

► Acabar con la segregación vertical de género. En Sanidad, Educación y Servicios Sociales la ocupación femenina es mayoritaria, sin embargo las mujeres apenas alcanzan los puestos de dirección.

► Derecho a la negociación colectiva. En la actualidad los distintos gobiernos utilizan las leyes de presupuestos para sustraer la negociación y aumentar la desigualdad, un ejemplo: crear nuevos cuerpos y escalas con diferencias retributivas importantes.

► Ofertas de empleo público (OPE) que cubran las necesidades reales para garantizar los servicios de calidad. Eliminación de las tasas de reposición.

► Empleo estable, aplicación del Estatuto Básico del empleado público y las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que obligan a la estabilidad en el empleo, al considerar abusivos los nombramientos de duración de terminada y sucesivos para atender necesidades permanentes.

► Derecho a la salud, protección ante la enfermedad.

► Derecho a la prevención de riesgos laborales.

► Dotación de los recursos materiales suficientes y de calidad que permitan al personal cumplir sus funciones de servicio a la población de forma satisfactoria.

► En definitiva recuperar el empleo público con derechos, recuperar y mejorar los servicios públicos que garanticen las necesidades de la clase trabajadora y de la ciudadanía en general.

VI.2. Métodos y criterios para la negociación colectiva

Los métodos y los criterios para la negociación colectiva son similares a muchas empresas donde las secciones sindicales intentan reconstruir el sindicalismo combativo y democrático, de clase y asambleario: Elaborar las reivindicaciones con asambleas, votando las plantillas las movilizaciones y la firma de acuerdos.

Recuperación del poder adquisitivo por encima del IPC y recuperar pérdidas de años anteriores. Reparto de los beneficios, aumento de plantilla para reducción de jornada a 35h y permisos personales. Cláusulas contra las reformas laborales del PSOE y PP que impidan despedir con EREs no acordados y sin demostrar años seguidos de pérdidas. Limitar hasta impedir la subcontratación, temporales y las ETTs.

Mantenimiento de las condiciones hasta firmar otro convenio. En caso de ganar un juicio como despido improcedente, que la decisión de reingresar sea del trabajador/a y no del empresario/a.

Cláusulas de igualdad real para la mujer trabajadora. Exigir formación para acceso a todas las categorías y una selección objetiva y transparente.

Horarios, turnos o teletrabajo compatibles con la vida personal y social.

Cláusulas ambientales para reducir residuos, en el camino de la transición energética y de responsabilidad social. Prevención de riesgos físicos, con evaluación pactada de riesgos psicosociales y eliminación de posibles enfermedades.

Es importante organizar y desarrollar la lucha para exigir a los Ayuntamientos, que sea la Administración Pública la que gestione los Servicios que trabajan para el bienestar de las personas.

Se tiene que batallar por la municipalización de los Servicios sociales.

Tenemos que preparar propuestas para transformar el vacío legal que sufren ciertas profesiones, analizando todas las funciones que hacen para regularizar su categoría profesional, que afecta al desamparo actual legal en derechos, salarios y salud laboral.

Debemos recordar que históricamente hubo un debate en el año 1996, entre las fuerzas sindicales y de izquierdas, cuando se propuso la ley de 35 horas semanales sin reducción salarial por parte de IU, CGT, CrítiCCOOs, etc., y desde las cúpulas sindicales de CC.OO y UGT, se contestó que lo prioritario era firmar las 35 horas en los convenios colectivos antes, sin luchar por modificar la ley.

En la praxis, como hemos visto, no se ha logrado un avance en los convenios colectivos y esto quiere decir que la acumulación de fuerzas para cambios legislativos que consoliden derechos laborales es tan importante como los buenos convenios.

Habrá una acumulación de fuerzas para ganar y esto se hace día a día, no sólo con las elecciones. Por eso algunos ejemplos de textos conquistados a convenios colectivos firmados por Co.bas valen más que las palabras:

► Empresas de trabajo temporal, subcontratas o autónomos. Con carácter previo a efectuar cualquier contratación, se informará a la Comisión de Contratación.

► Despidos La empresa no efectuará ningún despido colectivo, extinción de contrato ni reducción salarial por causas económicas, organizativas o productivas durante la vigencia de este convenio.

► Justicia Cuando se produzca un despido que los tribunales declaren improcedente, sea por vía judicial, como por vía extrajudicial (Juzgado de lo Social o Tribunal Laboral de Cataluña), la opción entre la readmisión o la indemnización la tiene el trabajador/a. La privación del carnet de conducir a cualquier trabajador afectado por este convenio, no puede comportar, en ningún caso, la rescisión de su contrato laboral con la empresa, y ésta está obligada a darle empleo en otro puesto de trabajo hasta que esté de nuevo en posesión del carné de conducir, momento en que se incorporará a su puesto anterior. Durante la permanencia en otro puesto de trabajo, el afectado percibirá el mismo salario.

► Excedencia voluntaria. El trabajador/a con una antigüedad mínima de 1 año en la empresa, tiene derecho al reconocimiento de la posibilidad de acceder a la excedencia voluntaria por un plazo no inferior a dos meses ni superior a cinco años. El trabajador/a sólo puede ejercitar de nuevo este derecho si ha pasado un año de trabajo efectivo desde la finalización de la excedencia anterior. La trabajadora/or excedente debe ingresar en su lugar de trabajo una vez finalizada la excedencia, comunicándolo previamente con un mes de antelación.

► Democracia dentro de la empresa y asambleas. Todo el personal tiene derecho a dieciocho horas anuales, dentro de la jornada laboral, para realizar asambleas. La empresa proporciona un local de la propia empresa u otro que no le pertenezca, previo comunicado con 24 horas de antelación.

► Límite a la movilidad funcional. Los/as trabajadores/as de nueva contratación estarán adscritos a uno de los grupos profesionales previstos en convenio y percibirán su salario y disfrutarán de los mismos derechos y deberes que el resto del personal del mismo grupo y especialidad profesional.

► Convenio de ciudad con todos los servicios. El ejemplo de la ciudad de Figueres con los que hacen la recogida de la basura, alumbrado, parques y jardines, etc… está pendiente de reproducirse porque la Generalitat ha impugnado el convenio, pendiente de juicio (sus intereses de no agrupar a las plantillas, nos quieren divididos).

► Igual trabajo = igual salario. La lucha con las contratos de Movistar hizo que el PSOE se comprometiera con una reforma del Artº 42 del Estatuto que ahora el Gobierno de Pedro Sánchez tiene pendiente de resolver: “Se entenderá que el objetivo de contratación o subcontratación supone la ruralización de obras o servicios correspondientes a la propia actividad del empresario contratante cuando se corresponda con toda o alguna de las actividades principales o nucleares del mismo y suponga, por parte del contratista o subcontratista, la aportación de mano de obra que desarrolla funciones profesionales que tienen relación directa con dichas actividades principales o nucleares”. En estos casos, las empresas contratistas y subcontratistas deberán garantizarlo a los trabajadores afectados por la contrata o subcontrata, durante el tiempo en que prestan Servicios adscritos a las condiciones laborales y de empleo esenciales previstas en el convenio colectivo que fuese de aplicación en la empresa principal o, en su caso, las que tendrían si fueran trabajadores contratados directamente por dicho empresario principal. A estos efectos se consideran condiciones laborales y de empleo esenciales las referidas a remuneración y cuantía salarial, condiciones de contratación, tiempo de trabajo y descanso, igualdad, protección de la maternidad, lactancia y paternidad y frente a riesgos laborales.

VI.3.- Contra los Eres y los Ertes: una herramienta de destrucción de empleo, bajada de salarios y precarización

Los EREs destruyeron más de un millón de puestos de trabajo desde la entrada en vigor de la última Reforma Laboral (2012) y resulta muy difícil cuantificar con exactitud la brutal pérdida que en salarios y derechos los mismos han ocasionado.

La aplicación inmediata de un ERE por la supresión de la previa autorización judicial que introdujo la última Reforma Laboral, incentivó la utilización de este mecanismo de despidos contra los/las trabajadores/as. Sin embargo el 93% de los EREs se cerraron con acuerdo entre la empresa y los representantes de los/las trabajadores/as

El argumentario al que acuden recurrentemente los/as dirigentes de los sindicatos (en especial CC.OO y UGT) comienza por apelar al pragmatismo pidiendo a lo sumo más dinero por año trabajado y rebajando la cantidad de despidos para firmar el ERE. Lo que ellos/as denominan “el mal menor”.

Ese “pragmatismo” ha sido el que ha garantizado esa sangría de pérdida de empleo y derechos. Hay que recordar que ese argumento fue el utilizado por los gobiernos de turno y los/as dirigentes sindicales para llevar a cabo el desmantelamiento de la industria, la minería, las empresas públicas… en nombre de la entrada en Europa. Ese “pragmatismo” ha sido la ruina de la clase obrera. Hoy lo que queda es un país más dependiente, de “playas y camareros/as” donde los/as jóvenes se tienen que quedar hasta los 40 años en casa de sus padres o emigrar.

co.bas seguimos considerando los EREs y ERTEs una sangría inaceptable para la clase obrera

Porque:

La firma de un ERE o un ERTE implica la aceptación de las causas que lo originan y eso no sólo legitima los despidos sino que deja abierta la puerta a nuevos EREs y ERTEs.

La aceptación de un ERE atenta contra los/as trabajadores/as que son despedidos/as porque pierden su puesto de trabajo y debilita a los/as que se quedan que van a vivir con “pena de banquillo”, esperando resignadamente la siguiente oleada de despidos y/o con sus condiciones salariales y sociales mermadas; y atenta también contra los/las trabajadores/as desempleados/as porque cada puesto de trabajo perdido es una puerta que se le cierra para el empleo.

Los EREs se han convertido en el mecanismo más recurrente para sustituir trabajadores/as fijos/as y con derechos por trabajadores/as eventuales, a tiempo parcial y con salarios y derechos más reducidos. Es en esencia un mecanismo privilegiado para la precarización del empleo.

Los EREs y ERTEs son una fuente de negocio tanto para las empresas que los aplican como para los sindicatos que los firman.

Lamentablemente es una desgracia que haya quienes defiendan los EREs como una fórmula para lograr “Un despido digno”. ¿Qué dignidad hay en no luchar, resignarse y dejarse echar a la calle? Defender que lo pragmático y realista es exigir más dinero por irse a cambio de aceptar el ERE, es una estafa a toda la clase obrera, porque es vender como si fuera una propiedad privada lo que no es tuyo. El puesto de trabajo es de todos/as los/las trabajadores/as y no una plaza comprada en ninguna parte. Es cambiar por unas cuantas monedas el dinero que le van a sacar de las costillas al trabajador/a precario/a que venga detrás. Y es un acto profundamente insolidario con toda la clase obrera, con los/as miles de jóvenes que vienen detrás, es ni siquiera pensar en los/as hijos/as, en los más jóvenes de la familia. Los/as “sindicalistas” que alientan los EREs demuestran no tener ni el menor criterio de clase, se rigen por ese viejo principio del individualismo y la insolidaridad: “el que venga detrás que arree”.

En el caso de los ERTEs la burocracia sindical ha tenido la desfachatez de defenderlos como una especie de “vacaciones pagadas”, ocultando que no son más que la antesala del ERE y los despidos pueden llegar tras el ERTE, porque su firma implica la aceptación de las causas que la patronal presente y al que le toca ya se ha comido parte de su paro. Ocultan a los/las trabajadores/as que la aceptación de un ERTE implica gastar la prestación por desempleo, sin estar despedido/a o que además de una importante merma económica en tu salario, tienes dos pagadores y debes tributar por tanto a Hacienda.

No puede caber ni sombra de duda que los/as responsables de que esos argumentos calen en un sector de la clase obrera es de ese sindicalismo burocrático que ha ido educando a la clase obrera en esa lógica infame durante más de 40 años y sigue haciéndolo.

Un sindicato obrero no está para facilitar despidos ni la venta del puesto de trabajo, para eso ya tenemos a CC.OO, UGT y los aspirantes a ser sus herederos. La burocracia sindical se acostumbró a firmar los EREs opinen lo que opinen los/as trabajadores/as y en muchas casos contra la voluntad expresa de estos/as. Pero en algunas ocasiones y apoyándose en los/as trabajadores/as más atrasados/as, apelan al argumento “democrático” para la firma del mismo. A veces utilizan mecanismos más sutiles, por ejemplo exigen “asamblea de afectados/as” para decidir la firma del ERE, ¿y quién son los afectados/as? porque en esos casos esa denominación esconde la división y de nuevo el negar la decisión colectiva, pues dejan fuera al resto de la plantilla, en muchos casos a la inmensa mayoría.

La “democracia”, sin más, es una palabra manoseada, vacía de contenido, un “significante vacio” al que patronos/as, gobiernos y burócratas le ocultan su significado de clase. Para un sindicato obrero la democracia es el mecanismo colectivo que hace posible el accionar y la defensa de la clase obrera. El libre derecho individual no es más que la utopía reaccionaria que los burgueses/as inculcan en la cabeza de los/as trabajadores/as para evitar que adquieran conciencia de clase. ¿Dónde queda el libre derecho individual a la hora de escoger un trabajo, elegir una vivienda o decidir sobre la forma de Estado? Por tanto la “democracia” en boca de burócratas, patronos/as y esquiroles/as no es otra cosa que un derecho irrestricto a su libertad individual.

La “democracia” en boca de estos/as defensores/as de firmar si o si los EREs, tiene el mismo significado que tiene la “democracia” para un/a esquirol/a. No acude a la asamblea y si lo hace y ésta, contra su voto, aprueba una huelga, el/la esquirol/a no tiene problemas, apela al libre derecho individual para entrar a trabajar y no acatar lo colectivamente decidido, sabe que en la puerta estarán los/as antidisturbios para proteger su “derecho democrático”. Eso sí, si la lucha consigue alguna mejora el/la esquirol/a no irá a comunicar a la empresa que a él/ella no le apliquen esa mejora que no ganó.

co.bas es un sindicato de clase, de lucha por los intereses de la clase obrera, por defender los puestos de trabajo y los derechos. Nuestra obligación y tarea es explicar pacientemente que no hay más camino que la lucha y que se puede y se debe luchar contra los EREs. Para vender los puestos de trabajo ya están los/as de siempre. Así pues, lo que somos y por qué luchamos estamos obligados/as a decirlo siempre, cuando hay EREs y cuando no los hay todavía.

Explicar nuestra posición ante los EREs y ERTEs es crucial antes de afiliar a ningún/a trabajador/a al Sindicato y más aún para cualquier delegado/a o representante de co.bas.

co.bas no nació para autoproclamarse un nuevo sindicato alternativo mása añad ir a la dispersión sindical. co.bas somos un agrupamiento sindical cuyo objetivo es ser un instrumento que dinamice el agrupamiento de la oposición sindical de clase a la burocracia.

Ese párrafo corresponde al I Congreso de co.bas. Todo nuestro accionar ha venido guiado por ese criterio y así seguirá siendo. co.bas tenemos una trayectoria inequívoca de lucha por la unidad de la clase obrera, contra el sectarismo y el particularismo. No son pocos los ejemplos donde hasta nuestros locales están abiertos a trabajadores/as o colectivos que no son de co.bas y no son afiliados/as a nada o lo son incluso a otros sindicatos, incluidos CCOO y UGT.

De ahí nuestro empeño (pese a las enormes dificultades y esfuerzos que ha entrañado y siguen entrañando) por impulsar organismos de unidad obrera como las Marchas de la Dignidad, el Bloque combativo de clase, La Coordinadora en Defensa del Sistema Público de Pensiones o los propios Comités de Empresa, porque sólo apoyándose en la movilización y en el desarrollo de organismos de unidad obrera podremos construir una salida a este sistema.

Sin embargo jamás hemos separado esa lucha por la unidad de sus verdaderos objetivos, la lucha unida de los/as trabajadores/as en defensa de sus derechos y reivindicaciones. Eso es así porque la “unidad” no es una abstracción, una palabra vacía que luego sirve para avalar Pactos Sociales, firmar EREs, desconvocar huelgas o convocarlas sin consultar a los/as trabajadores/as, sin asambleas, sin piquetes.La unidad al margen de los/ as trabajadores/as o para llevarlos/as a un callejón sin salida, no tiene ni tendrá nada que ver con nosotros/as, por más que nos presionen.

co.bas no puede hacerse partícipe ni de la unidad para el Pacto Social ni de utilizar las movilizaciones obreras para hacer de palmeros/as de las intrigas burocráticas o parlamentarias. Construir co.bas en la clase obrera exige construirse apostando por el impulso de la movilización obrera y democrática. Por rodear de apoyo a los/as que enfrentan EREs, despidos directos o encubiertos como en la Administración Pública hoy; a los/as que se movilizan en defensa de las pensiones públicas; contra los desahucios; a los/as que luchan contra la represión y por el derecho de los pueblos a decidir.

Documento de construcción de co.bas

Como ya señalamos en el anterior Congreso, desde nuestro Ier Congreso (2006) se han ido produciendo cambios tanto cuantitativos como cualitativos.

De un agrupamiento de trabajadores/as reducidos en un primer momento prácticamente (no por propia voluntad) a una empresa (Telefónica) se fue pasando paulatinamente y con mucho tesón a una extensión geográfica, sectorial y de incorporación de activistas y dirigentes sindicales que ha hecho de Co.bas lo que actualmente somos, muy distintos, como organización, de nuestro origen.

Y decíamos en el IIIer congreso:

“Sin embargo, en lo esencial hemos mantenido el mismo funcionamiento. Esto se convierte por tanto en un problema en todos los terrenos. Los cambios en la realidad objetiva, muchísimo más convulso que hace diez años y en la realidad subjetiva de lo que Cobas representa, exige acompasar el funcionamiento y la estructura del propio sindicato a los cambios y los nuevos retos”.

Hay que decir en rigor, que ese desafío no lo hemos cubierto bien. Se siguió extendiendo la organización, abriendo nuevos sectores, pero por debilidad nuestra, falta de recursos materiales y sobre todo de militancia, la realidad actual nos sitúa con más urgencia ante la misma tesitura del anterior Congreso.

Como ya dijimos, Co.bas podemos y debemos seguir creciendo, tanto en afiliación, como en delegados/as, en nuevos sectores y territorios. Pero ese objetivo debe comenzar por tomar conciencia de la necesidad de dar dos batallas esenciales:

La primera es seguir apostando con más fuerza por el proyecto de co.bas sin ceder a las presiones corporativas, sectorialistas y la segunda, adecuar las estructuras a la nueva etapa de construcción de co.bas.

Toda la estructura de Co.bas en la actualidad corresponde a su periodo inicial, como hemos señalado y no a la nueva realidad y los nuevos retos. El Congreso, como máxima instancia de nuestro sindicato, debe abordar esta contradicción central y tomar las medidas necesarias para dar un nuevo salto en el desarrollo y fortalecimiento de co.bas.

El objetivo sigue siendo avanzar en la mayor coordinación de nuestro sindicato, socializar los recursos, racionalizar esfuerzos y trabajar coordinadamente más en común en todos los territorios.

Para esos desafíos se propone al Congreso medidas como las que señalamos a continuación y a buen seguro que en trascurrir del debate saldrán otras.

Décadas de sindicalismo burocrático van dejando un poso enorme en que se fueron educando miles de activistas, delegados/as y dirigentes sindicales. Hábitos que arraigaron en las conciencias y que ahora es inevitable tener que combatir para recuperar el sindicalismo de clase.

El esfuerzo de construcción, desarrollo, crecimiento de Co.bas se ha sustentado y se sustenta en LA MILITANCIA. No hay ningún misterio, ni invento novedoso o posmoderno. La clave del crecimiento y desarrollo de Co.bas se basa en dos cosas: una, EL PROYECTO SINDICAL; y dos, algo tan olvidado y denostado por la ideología individualista, mercantilista y antiobrera predominante en la sociedad: LA MILITANCIA.

¿Cómo se pueden mantener los locales abiertos regularmente, construir toda una estructura administrativa, jurídica y técnica, hacer todo eso mientras se interviene y ayuda en las luchas, en las manifestaciones, en las elecciones sindicales, en los organismos unitarios que surgen de la lucha o de las respuestas a la situación… y todo eso sin más recursos económicos que las cuotas que ponemos los afiliados/as y el dinero que los/as activistas gastan de su propio bolsillo? Hay muchas tareas que hacen posible ese «milagro», pero todas se resumen en una: LA MILITANCIA.

Muchas veces se naturaliza que las cosas existen por sí mismas, caen del cielo como maná o brotan del suelo como un repollo. En realidad eso no es más que un reflejo de la conciencia general que impone en su funcionamiento el sistema capitalista: separar a los/as trabajadores/as del producto de su trabajo.

En un sistema de producción de mercancías, éstas parecieran adquirir valor propio a los ojos de los seres humanos. Pareciera que las casas, los coches, los ordenadores.tuvieran un grandísimo valor por sí mismos, negando la cualidad común y fundamental a todas esas mercancías, que son el producto del trabajo humano. La burocracia sindical fue prostituyendo la esencia de la organización sindical, con mucho dinero (el facilitando por el Estado y la patronal) y «subcontratando» todo lo que exigiera trabajo (liberados, funcionarios, subcontratas para «formación», para hacer las pancartas, etc.). Así, el Sindicato se va distanciando a marchas forzadas de los trabajadores/ as, que no lo sienten como algo construido por ellos mismos/as. Peor aún, se construye una relación “mercantil” con el sindicato. “El Sindicato” tiene la obligación de todo porque “pago” y los delegados6as la obligación de “arreglarme lo mío”.

Reconstruir el sindicalismo de clase significa también combatir, con toda la paciencia y respeto, esa falsa y fatal ideología. La tarea esencial es impedir que esa ideología se filtre y se alimente más aún dentro del sindicato.

Explicar, explicar y explicar a los/as delegados/as y a los afiliados/as esta regla de oro de la militancia, de lo colectivo, de que las cosas no se construyen encerrados en las cuatro paredes de la empresa… es clave. Clave para seguir haciendo crecer al Sindicato, en primer lugar, pero también para evitar su burocratización, porque cuanto más los trabajadores/as afiliados se sientan ajenos a la construcción diaria del sindicato, cuanto menos los delegados/ as participen de la vida diaria del sindicato y sus decisiones, más peligro estaremos corriendo de convertir el Sindicato en un aparato burocrático.

No se construye una organización obrera sin esfuerzo militante, sin tesón, sin espíritu de sacrificio, sin, en esencia, militancia.

En un sindicato obrero a buen seguro que no podremos pedir a todo el mundo el mismo nivel de compromiso o entrega. Pero lo que si debemos y podemos pedir es que se comprenda esto y que cada vez se vayan involucrando más compañeros/as.

Hay que mejorar el funcionamiento de la Coordinadora Estatal, que es la máxima instancia de co.bas entre Congreso y Congreso, para facilitar que cumpla su función dirigente. En el devenir diario se hacen necesarias resoluciones, tomas de posición en torno a hechos políticos y sociales o conflictos, ayuda a los sectores o territorios, mantener relaciones con los colectivos que se acercan al sindicato, atender el trabajo unitario o coordinar, así sea muy básicamente, el trabajo internacional. Todo ese cúmulo de tareas y las decisiones a adoptar al respecto exigen un funcionamiento mucho más regular que el actual. Es necesario establecer un funcionamiento regular, que en función de los recursos económicos permita combinar las actuales reuniones con reuniones presenciales cada dos o tres meses a lo sumo.

El otro tema clave para reformar la Coordinadora Estatal, es establecer y cumplir con una división de tareas entre todos/as sus miembros.

Es necesario volver a repetir que la actual estructura no solo no ayuda a las múltiples respuestas que estamos obligados a dar sino que además genera un enorme e innecesario esfuerzo al tiempo que un desperdicio de recursos. Cada territorio o empresa se ve abocado a resolver temas que de existir equipos de trabajo tendrían resueltos. Por ejemplo, los folletos para la afiliación, las guías para delegados/as, para elecciones sindicales, salud laboral, etc. son una necesidad colectiva y sería de una ayuda inestimable poder socializar los trabajos hechos sin necesidad de que cada cual parte de cero cuando lo necesita.

La conformación de equipos y la delimitación de responsabilidades dentro de la Coordinadora Estatal, debe facilitar la actividad de todos los compañeros/as y son una forma de tener herramientas de trabajo y racionalizar el esfuerzo.
En torno a este criterio deberían conformarse, tras el Congreso, además de las tareas habituales de finanzas, extensión, relaciones unitarias… otras tareas precisas que deben asumirse y conformación de equipos donde sea posible:

Propaganda y comunicación. Además de la web, que a trancas y barrancas ha comenzado a funcionar y debe seguir mejorando, es fundamental estructurar la edición de folletos de llamamiento a la afiliación, de cartelería de propaganda de co.bas, de edición de videos cortos… En este tema hay compañeros/as que ya lo están haciendo y se trata de organizarlo mejor, sistematizarlo para darle continuidad y trabajo en equipo.

Equipo jurídico: En primer lugar es una necesidad vital ayudar también desde este punto de vista a los territorios más desarrollados a los compañeros/as que empiezan. No puede haber un solo territorio por pequeño que sea sin respaldo jurídico.

En segundo lugar, hay que acompañar desde la Coordinadora Estatal, que los diferentes abogados/as de los servicios jurídicos de co.bas vayan estableciendo lazos de comunicación y ayuda recíproca.

En tercer lugar, hay que socializar para todo co.bas, mejorándolo y adaptándolo a los territoritos la guía laboral virtual que hoy tenemos y que incluye un elemento central como es todo lo relacionado con salud laboral

Y en cuarto lugar, hay que empezar a estudiar, y avanzar en lo posible, sobre el establecimiento de criterios comunes de formación de los equipos jurídicos y protocolos de actuación de los mismos.

Deberemos recordar, una vez más, que la acción jurídica con ser importantísima no es más que un instrumento auxiliar y co.bas no somos ni pretendemos ser un despacho de abogados/as.

Secretaría estatal de la Mujer: En algunos territorios se crearon en el sindicato Secretarias de la Mujer. La implicación de co.bas en la huelga del 8 de marzo ha sido sin duda un avance muy grande en esta tarea y se logró coordinar a nivel estatal. Pero precisamente por ese avance y por el papel cada vez más importante de la lucha de las mujeres se hace necesario dar más cohesión al funcionamiento de esa Secretaría. Una reunión o encuentro estatal convocada por la Coordinadora Estatal podría ser el mejor marco para avanzar en la elaboración colectiva y en la conformación de esa Secretaría estatal.

Área internacional: co.bas hemos venido haciendo un esfuerzo en las tareas de coordinación y solidaridad internacional. En estas tareas hemos asistido como observadores a reuniones de la FSM y a los encuentros de la Red Sindical Internacional. Sin embargo esta tarea por su enorme importancia y por la dificultad que conlleva exige más dedicación, más sistematización y más difusión al interior mismo de co.bas. Así mismo es parte de esta tarea aclarar con nuestros aliados cómo se traduce en cada país los acuerdos de las reuniones internacionales.

co.bas tenemos como uno de los signos distintivos en que el Sindicato se construye con las cuotas de los afiliados/as, ni tenemos ni queremos subvenciones del Estado o la patronal.

Este principio de independencia sindical implica que las finanzas del sindicato sean muy modestas. El desarrollo de co.bas y los nuevos desafíos exigen adecuar el funcionamiento financiero. Por un principio básico de solidaridad y de ser una única organización en todo el Estado, las finanzas deben responder tanto a las necesidades centrales como a las territoriales.

El objetivo marcado en el anterior Congreso, de avanzar en igualar la cuota sindical en todos los territorios, acabando con la diversidad que existía, se consiguió parcialmente, pues no está aún unificado en todos los territorios. Ese desafío, así como logar que los territoritos esté al día con las cuotas a la caja central sigue estando presente y debemos reafirmarlo.

Durante mucho tiempo a nivel sectorial solo hemos tenido una empresa estructurada dentro de Co.bas, Telefónica, y apenas alguna más avanzó durante este periodo en este sentido (Grupo Indra). La realidad nos exige ir dando más pasos en la medida de nuestras posibilidades económicas y de compañeros/as que asuman esa tarea de coordinar a nivel estatal los trabajos de las empresas y ramas donde tenemos más presencia. Además de la actual coordinación territorial debemos avanzar en las Coordinadoras Estatales de empresas y/o sector, que deben ser un mecanismo organizativo para avanzar en mayor coordinación, solidaridad, elaboración e intervención común de todos/as los compañeros/as de co.bas.

Esa tarea debe comenzar por los sectores y empresas donde más presencia estamos teniendo. La Coordinadora Estatal de Servicios que agrupe a los compañeros/as la limpieza pública viaria, recogida de basuras, Parques y jardines, limpieza de edificios y locales; la Coordinadora Estatal de Administraciones Públicas, que agrupe a los compañeros/as de Ayuntamientos, Comunidades autónomas y Administración del Estado; Las diversas Coordinadoras estatales de Empresa, como Telefónica o Indra, deben ser los primeros pasos a dar que marquen el camino y la experiencia para más sectores y empresas.

El año 2019 estará marcado por la celebración de elecciones sindicales en numerosas empresas. Para co.bas este acontecimiento debe ser tomado con mucha atención porque, como ya viene sucediendo, es ser un factor de crecimiento del Sindicato.

Desde del congreso fundacional, Co.bas siempre dejamos claro que no había en nosotros/as ni un ápice de proyecto o actitud autoproclamatoria, en el sentido de considerarnos o aspirar a ser “el sindicato”. Entendíamos y seguimos entendiendo, que Co.bas es una herramienta, el motor de la reconstrucción del sindicalismo de clase, que obligadamente debe pasar por procesos de fusiones o uniones con otros colectivos y Sindicatos. De hecho el desarrollo de Co.bas está repleto de esos procesos de fusiones.

Hemos entendido y seguimos entendiendo que es imprescindible fortalecer Co.bas, hacer crecer el sindicato, pero al servicio de esa tarea estratégica de reconstruir con otros/as muchos compañeros/as un sindicalismo de lucha, unitario y democrático.

Un ejemplo de esto es el trabajo conjunto que venimos haciendo con los compañeros de la Intersindical de Aragón, que se expresó en la acción común y en el protocolo conjunto firmado.

En ese protocolo firmando entre ambas organizaciones dos años atrás, se afirma: “Consideramos pues que existen bases teóricas, estratégicas y prácticas para caminar hacia la unidad de ambas organizaciones. Esa unidad nos permitiría no solo fortalecer ambas organizaciones sino, lo que es más importante, fortalecer una referencia sindical de clase, mostrando que es posible avanzar en superar la actual diáspora sindical de los trabajadores/ as y activistas dispuestos a plantar cara la patronal, a sus gobiernos y a la burocracia sindical”.

Este IVº Congreso tiene el gran desafío de debatir con los compañeros/as de la Intersindical de Aragón si podemos ya dar ese paso que sería sin duda un avance muy importante para todos/as.

Estatutos del sindicato de Comisiones de Base

Resoluciones