El BCE no oculta sus intenciones: salvar a las personas no entra en sus objetivos y sí salvar el sistema monetario. La Unión Europea ausente desde los inicios de la pandemia, presenta las primeras iniciativas y como en otras ocasiones “no nos decepciona”: inyectar, con el dinero de todas, a la banca para salvar el Euro o lo que es lo mismo salvar el sistema financiero y con ello a los grandes especuladores bursátiles.
Dicho de otro modo, para que lo entendamos, el BCE le da una importante cantidad de dinero a la banca para que ésta compre deuda a un interés entre el 4% y el 6% y preste a los Estados a un interés del 1% para que éstos tengan recursos monetarios para enfrentar la crisis de salud, social y económica ocasionada por la pandemia.
Esos préstamos a los Estados aumentaran su ya abultada deuda pública y afectarán a las primas de riesgo (las de España e Italia no paran de subir desde el inicio de la epidemia) no olvidemos que las medidas de confinamiento han paralizado las economías de los países que han declarado el Estado de alarma.
Y aunque el BCE diga que podrán beneficiarse de estas condiciones financieras favorables por igual familias, empresas, bancos y Gobiernos, la experiencia nos dice lo contrario. El dinero no llegará a empresas, autónomos, familias que lo necesiten y lo que sí va a conseguir el BCE es lavar los balances de los bancos, rentabilizar la inversión de grandes poseedores de fondo y regalar dinero a los bancos que podrán obtener más beneficios con la especulación.
Como en la crisis del 2008 la Unión Europea y el BCE apremiarán a los gobiernos de los países para que paguen la deuda y estos recurrirán de nuevo a los recortes, a la austeridad en gasto social. Cabe recordar que en España en muy poco tiempo se pusieron de acuerdo para aprobar la reforma del artículo 135 de la Constitución que prima el pago de la deuda sobre cualquier tipo de gasto social. El empresariado recurrirá –como ya está haciendo- a los despidos, los ERTES y los ERES y a rebajar las condiciones laborales, gracias a las sucesivas reformas laborales emprendidas desde el inicio de la crisis económica. Recuerden recortes de los servicios públicos, de derechos laborales, precariedad, pérdida de empleo, desahucios, empobrecimiento, desigualdad y sufrimiento.
Esta crisis recae sobre un sistema público de salud muy debilitado y privatizado y sobre unos servicios sociales con un insuficiente desarrollo en la protección de las personas más vulnerables, producto de las políticas de la UE, el BCE, el FMI seguidas por los gobiernos españoles que las agravaron con las dos reformas laborales.
Si algo queda claro con esta crisis social y sanitaria es que las medidas neoliberales dejan a las personas en la cuneta, que el capitalismo sólo protege a un grupo muy, muy minoritario de la población; que aumenta los niveles de desigualdad y pobreza económica y que necesita del dinero público para mantenerse de forma artificiosa, arrasando derechos sociales y laborales. Pone de manifiesto que es necesario transitar juntos hacia otro modelo económico en el que el derecho a una vida digna prime sobre el consumo, la economía de cuidados sobre la especulación y el acaparamiento de beneficios por parte de unos pocos, la protección del planeta sobre despilfarro y la contaminación.
Si no queremos que el neoliberalismo salde esta crisis con más desigualdad es necesario un cambio radical, es necesario abandonar este sistema económico hecho a la medida de unos pocos poderosos contra la gran mayoría. El capitalismo se ha manifestado incompatible con la salud, la vida, los derechos y el bien común
Las medidas del BCE y La Unión Europea confirman lo que ya sabíamos, que hay recursos monetarios suficientes y que se puede utilizar el superávit público sin que se produzca una hecatombe. Sin embargo Las medidas tomadas por el gobierno son insuficientes y no atienden a los sectores más vulnerables.
En estos momentos lo prioritario es frenar la epidemia y cuidar de la salud de todas, garantizar los bienes básicos a las personas sin recursos y a las dependientes, así como garantizar los recursos de protección necesarios, a todo el personal sanitario, al personal de los centros de servicios sociales, residencias de personas mayores, personas con discapacidad y a las personas que deban realizar trabajos esenciales.
Queda evidente, por si todavía no lo era, que la sanidad privada sólo supone el negocio con la salud de todas nosotras (hasta 800€ por prueba de coronavirus) si no puedes pagar te abandonan a tu suerte, ha contribuido a colapsar aún más si cabe el sistema sanitario público negándose a hacer pruebas a pacientes con síntomas por coronavirus derivando a todos ellos a la sanidad pública y para más inri ya son varias las clínicas privadas que van a someter a ERTE a su personal. Por lo que urge confiscar, nacionalizar, en definitiva retornar a titularidad pública todos los medios sanitarios privatizados.
Se deben utilizar todos los medios disponibles para implementar medidas que sí salven a las personas:
- Creación de una banca pública, con control democrático.
- Fortalecimiento de todos los servicios públicos. No a las externalizaciones y privatizaciones.
- Establecer una Renta Básica urgente, como primer paso para su implantación total.
- Recuperación de las empresas públicas privatizadas, especialmente las dedicadas a los suministros básicos y de todas las que se reflotaron con dinero público para ser vendidas al sector privado. Confiscar realmente los medios sanitarios privados necesarios y ponerlos al servicio del sistema público de salud.
- Derogación de las Reformas Laborales.
- No al pago de la deuda. Derogación del artículo 135 de la Constitución.
- Recuperación del dinero público de los rescates a la banca y a la empresa privada.
- Política fiscal progresiva sin trampas, exenciones, amnistías, elusiones y evasiones.
- Un modelo económico ecológico, que frene la crisis climática, si no tenemos planeta no tenemos casa. Queremos ser ciudadanos no consumidores.