En primera linea de lucha contra la pandemia…y las más precarizadas
Desde que comenzó la pandemia por Covid-19 hemos visto como se han ido mermando cada vez más nuestros derechos laborales, y en particular el de las mujeres trabajadoras.
Los trabajos más precarios están feminizados, y gran parte de ellos forman parte de esos “trabajos esenciales y de cuidados” que llevan repitiendo a bombo y platillo casi un año, y lejos de mejorar nuestras condiciones laborales, hemos pasado de ser “indispensables” a ser las primeras despedidas de nuestros puestos de trabajo.
La explotación laboral durante toda esta crisis ha salpicado de la manera más sangrienta a las mujeres trabajadoras de estos sectores, que han estado en primera línea desde el inicio la pandemia. Las condiciones laborales a las que han tenido que enfrentarse se han traducido en un mayor índice de contagios debido a una mayor exposición al virus. Un estudio de Hospital Carlos III afirmó que “del personal sanitario contagiado por COVID-19, un 76,2% son mujeres, frente a un 23,8% de hombres”.
Somos también las encargadas, una vez más, de todo el trabajo reproductivo del que el sistema capitalista no puede generar rentabilidad y el Estado asumir en forma de servicios públicos estos trabajos de primera necesidad (cuidado de menores, personas mayores, personas dependientes…) y por ello sigue recayendo sobre nosotras, las mujeres obreras.
LAS LIMPIADORAS DE HOSPITAL, UN TRABAJO TAN INVISIBLE COMO NECESARIO
En muchos hospitales y centros de salud, uno de los motivos por los que las trabajadoras de limpieza no
serán vacunadas de Covid-19, es debido a que sus servicios están subcontratados por empresas privadas, y no por los propios hospitales. Incluso las que siendo personal del Hospital y han sido vacunadas (Gregorio Marañón), no recibirán la paga covid aprobada en diversas CCAA para el personal sanitario.
El Gobierno decretó, este mes de Febrero, incluir al Covid-19 como enfermedad profesional para “trabajadores/as sanitarios y sociosanitarios”, excluyendo a todas las trabajadoras de limpieza y demás personal de los centros de salud y Hospitales que no se encuentran dentro de estas categorías profesionales, y pertenecen a otras categorías con convenios colectivos propios.
Desde co.bas queremos denunciar, no sólo la discriminación que están sufriendo las trabajadoras de limpieza, catering y celadores/as de los hospitales públicos de todo el Estado español, sino también la privatización y desmantelamiento de la Sanidad Pública que se está traduciendo en este tipo de situaciones con trabajadoras que están en primera línea frente al Covid-19.
Desde el sindicato co.bas exigimos a los Gobiernos, central y autonómicos, incluir a todo el personal de los centros de salud y hospitales públicos dentro de la categoría profesional de “trabajadores/as sanitarios y sociosanitarios”, y que la Covid-19 sea considerada enfermedad profesional para todas ellas. Así mismo, también exigimos la dotación de medios, personal necesario y la remunicipalización de todos los servicios privatizados, comenzando por los de Sanidad.
RESIDENCIAS DE PERSONAS MAYORES, OTRO TRABAJO DE CUIDADOS FEMINIZADO
El trabajo en residencias de ancianos supone uno de los porcentajes más altos de trabajos feminizados con un 90% de ocupación de mujeres.
Las condiciones de absoluto desamparo que han sufrido tanto ellas, como las personas mayores residentes, ha dejado en evidencia no sólo la incompetencia de los distintos gobiernos, tanto autonómicos como el propio Gobierno central, sino que ha puesto negro sobre blanco que las vidas humanas son mera mercancía para el sistema capitalista y una vez que la clase trabajadora deja de ser productiva para este sistema, se convierte en un mero gasto público.
Desde co.bas también queremos exigir, que las residencias de personas mayores sean 100% públicas, con
unas condiciones de trabajo dignas; las vidas de nuestros/as mayores no pueden ser un negocio en manos de
empresas privadas.
MUJERES TRABAJADORAS EN HOSTELERÍA, HOSPEDAJE Y COMERCIO
Estos sectores han sido los más golpeados por la crisis de la pandemia, llegando a ser siete de cada diez empleos perdidos en el último año, sectores completamente feminizados, y con la tasa de jornadas a tiempo parcial más altas. Todo ello, supone para las mujeres trabajadoras un retroceso en derechos laborales, una brecha salarial que en Diciembre de 2020 llegó a un 36,1%, la cifra más alta de la UE.
Desde co.bas denunciamos el abuso en la utilización de los ERTES como mecanismo de las empresas privadas para evitar pagar salarios a trabajadoras y obtener más beneficios, convirtiéndolos así en bolsas de trabajadores, donde despiden y vuelven a contratar sin ningún tipo de seguridad para las trabajadoras. También exigimos la complementación al 100% de sus salarios por parte de las empresas en las prestaciones por desempleo que están percibiendo las trabajadoras en ERTE (cobrando, en «el mejor» de los casos, un 70% de sus salarios). Las empresas privadas llevan un año acogiéndose a esta medida sin ningún tipo de gasto para ellas, ya que las prestaciones son pagadas íntegramente por el SEPE. Además, estamos viendo como muchos de estos ERTES terminan en ERES en empresas con beneficios multimillonarios: Inditex, Indra, Tiger…
EMPLEADOS DE HOGAR, EL MAYOR PORCENTAJE DE MUJERES MIGRANTES
El sector más feminizado y con alrededor de un 40% de mujeres migrantes, dos factores que unidos dan como resultado que la mayoría de trabajadoras viven situaciones muy vulnerables y con salarios de miseria.
El Gobierno implementó un subsidio extraordinario para empleadas del hogar, sin tener en cuenta que
alrededor del 30% de estas trabajadoras no están dadas de alta en la Seguridad Social y por lo tanto, no pueden
acceder a este subsidio.
Desde co.bas seguimos denunciando el racismo institucional, y el desamparo al que someten a la parte más vulnerable de la clase obrera. Los trabajos de cuidados que realizan la mayoría de estas trabajadoras son indispensables para la reproducción y el desarrollo de la vida humana, pero pasan completamente desapercibidos y son ignorados, ya que no generan rentabilidad dentro del sistema capitalista.
La pandemia de Covid-19 ha servido para intensificar de una manera muy drástica la brecha de género que sufrimos las mujeres obreras dentro del sistema capitalista, con más jornadas parciales que los hombres, una mayor brecha salarial, trabajos precarizados y más despidos. Todo este cóctel de desigualdad se ha acelerado durante todo el año 2020, dejando en evidencia que las mujeres trabajadoras seguimos siendo las primeras excluidas del mercado laboral; se estipula que el paro en las mujeres ha crecido cuatro puntos por encima de los hombres durante todo este tiempo, con un porcentaje del 18,39%. Todo ello, supone también un peligro en las pensiones de las mujeres trabajadoras, cuya brecha salarial sigue siendo de un 34% menos respecto a los hombres.
En definitiva, desde co.bas seguimos reivindicando, ahora más que nunca, el 8 de Marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, un día de lucha para todas las mujeres obreras, un día de lucha también para toda la clase trabajadora, porque nuestra emancipación debe formar parte de la lucha de toda la clase obrera:
Por una Sanidad 100×100 Pública y de calidad. El Estado debe asumir los trabajos de cuidados.
¡Exigimos guarderías y residencias públicas, una Ley de dependencia real y efectiva!
-Derogación de las Reformas Laborales (2010 y 2012)
-No a la brecha salarial. ¡A igual trabajo, igual salario!
-No a la brecha en las pensiones. Pensiones públicas a cargo de los Presupuestos Generales del
Estado.
-Vacunación inmediata a todas las personas trabajadoras en centros sanitarios y Hospitales
Públicos, así como la consideración de enfermedad profesional por Covid-19 a todas ellas.
¡Por un 8M de clase o combativo!