Un motor de empleo…precario.
El sector de la Logística es sin duda uno de los que al calor de la crisis de la pandemia ha confirmado y ampliado su desarrollo. La Logística generó el 10,5% de los puestos de trabajo de la economía en el pasado septiembre y el nivel de empleo se elevó en octubre a un nuevo máximo anual hasta llegar a 969.000 personas, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE. Se trata de un 5,0% de todo el empleo, datos en esencia que corroboran el ascenso de este sector con cifras que superan el periodo pre pandemia.
Analizando las características del sector en el último año, resalta que más del 75% de los nuevos contratos han sido a hombres y tan solo el 25% para mujeres.
Además, la mayoría de las nuevas contrataciones han sido para trabajadores/as con una edad media de entre 25 y 45 años (el 57,6%), frente al 26,1% que han sido para mayores de 45, y solo el 16,2% para menores de 25 años. (Informe Randstad).
Sin embargo la otra cara de este “motor de empleo” es la enorme precariedad, la pérdida de derechos y los salarios de miseria que la acompaña.
Los contratos por días y por horas, son la mayor fuente de inestabilidad laboral y de salarios de miseria, además de generar una enorme desigualdad de condiciones y salarios entre la plantilla. La contratación abusiva de ETTs es otra de las fuentes de desigualdad y precariedad, porque estos trabajadores/as no disfrutan de estabilidad alguna, permisos retribuidos ni, entre otras, complementos de antigüedad. Según algunas cifras, en la provincia de Guadalajara, de las 15.000 personas empleadas en Logística, 10.000 provienen en ETTs; en Toledo, de los 7.000 empleados/as, 5.000 son ETTs.
Estas condiciones hacen que en muchas ocasiones los contratos estén en fraude de ley y que derechos elementales como los descansos, horarios, las vacaciones o los permisos no se respeten.
Así pues la Logística refleja con mucho el modelo de relaciones laborales por la que apuestan patronal y gobiernos: empleo sí, cada vez más precarios, recortados en derechos y con salarios de miseria.
EL IPC Y LA INSACIABLE PLUSVALÍA DE AMAZON
Daniel García Rodríguez (Comité de Empresa, Amazon San Fernando)
“Los asociados de nuestras empresas disfrutan de beneficios salariales por encima de la media”. Esta frase se encuentra en la genética falsificada y manipulada de cada portavoz corporativo que disfruta directamente de los beneficios generados desde cada trabajador con una garantía contractual en bonus y de objetivos ni regulada ni justificada en convenios.
Para poner en contexto entendamos lo que Amazon significa a nivel económico en el mundo y cuál es su valor de mercado, con unos beneficios netos en el tercer trimestre de 2021 de más de 3000 millones de dólares.
En nuestro almacén Mad4 regulado desde abril de 2018 por el convenio del sector Logística, Paquetería y actividades anexas al Transporte de Mercancías, se nos impone vía unilateral unas condiciones que se optimizan como siempre desde los salarios de lxs trabajadorxs.
Se asegura ajustar sus tablas salariales a lo estipulado e incrementar los beneficios de empleados medios y altos a costa de las plusvalías de lxs trabajadorxs, y así mantener vivo ese ejército de mandos con aumentos considerables proporcionales en los números y volúmenes de pedidos al año desde la necesidad del aumento de los ritmos de trabajo, como función principal con el objetivo de el tan nombrado cliente.
Este convenio establece subidas anuales negociadas al margen de la dinámica de precios y de carestía de la vida con acuerdos previstos ajustados para servir a intereses de la patronal.
El IPC (indice de precios al consumo), es desde siempre la tónica económica y el pulso de valoración entre la relación del coste de los bienes y la capacidad que tenemos para conseguirlos, sobre todo de los productos básicos y esenciales.
Desde siempre en Mad4 se ha mantenido una constante entre los salarios y la subida de la vida cada año, provocado por índices bajos y de mínimos donde los incrementos pactados simplemente evitaban el ganar menos con respecto a los salarios. Esto se llevó más o menos bien, con lo justo, mientras lo permitían los datos económicos generales, pero tenía el riesgo de no atender desde la perspectiva real de valor de los salarios en el momento de dar un giro en relación a la inflación y el IPC superior.
Este año 2021, después de dos de pandemia, donde Amazon ha aprovechado este contexto para multiplicar sus beneficios, la lógica fluctuación de la ley económica, nos coloca en una posición de desventaja, donde la dinámica de recuperación prevé como norma casi natural el salir de una crisis con unos índices que no se contemplan ni se atienden ni en convenio, ni en las negociaciones, y que el 1% de subida por sectorial, se queda muy por debajo del alza de precios ya que el año 2021 terminó con una subida del IPC.
A nivel de números y datos en salarios la estimación de pérdida entre el año 2020 a 2021 será:
Mozo ordinario: 20.307 + 1% (sectorial)= 20.774 hasta 5,4% IPC= 893,50 euros/año de pérdida.
Mozo especializado con dos bienios (antiguo T1.1): 21.606,72 + 1% (sectorial)= 21.824 hasta 5,4% IPC= 960,25 euros/año pérdida.
Mozo especializado con dos bienios (antiguo T2): 23.661 + !%(sectorial)= 23900 hasta 5,4% IPC= 1051 euros/año pérdida.
Capataz con dos bienios (antiguo T3.1): 27.948 + 1% (sectorial)= 28.227,48 hasta 5,4% IPC= 279,48 euros/año pérdida.
En una lógica capitalista donde Amazon se sitúa en el vértice de la concentración, la carrera por preservar los márgenes de rentabilidad en un año de alta inflación, marcan los precios a nivel general a costa de lxs trabajadorxs y la población.
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